El artista argentino Braian Tolenti es un apasionado de la música, del arte y en cada oportunidad que tiene muestra su respeto hacia una de las voces más recordadas del rock latino, sin embargo, él no recuerda el momento exacto en el que alguien le dijo que su voz se parecía a la de Gustavo Cerati. “Uno busca su propio color, su identidad, y a veces el registro vocal se parece al de otro artista sin que lo sepas. Tal vez alguien te dice: ‘Esa canción te queda muy bien, el color es parecido’, y ahí lo descubrís”, cuenta.

Para él es una casualidad de esas que terminan marcando caminos. “Si no lo tenés, no lo tenés. En mi caso, tengo rulos, toco guitarra, canto, y con ciertas luces y maquillaje, a treinta metros quizás decís ‘wow’. Creo que tuve suerte”, dice sin titubear.

Esa suerte, mezclada con años de escenario, lo llevó a ser la voz de El Cuarto Soda, banda tributo oficial a Soda Stereo. Hace ocho años comenzó interpretando algunas canciones y, sin planearlo, terminó sumergido en un proyecto que recorre todas las etapas de Cerati: la banda, su carrera solista y el formato sinfónico. “Todo empezó ahí y se expandió. Fue como que un día estaba en un show y al otro ya estaba metido en un homenaje a Soda, luego a Gustavo solista y después llegó el sinfónico”.

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En ese trayecto ha conocido casi todo el entorno cercano del músico. “Conozco a sus hijos, a su mamá, sobrinos y sobrinas. Menos a él. Me hubiese encantado. Ellos no me dicen que me parezco, pero hablan del amor que le tenían, de su grandeza y su simpleza. Saben que lo hago con respeto, que no es negocio sino admiración. Para mí, la felicidad está en lo que podés producirle a otra persona.

Si después del show alguien me dice: ‘Me llevaste a recuerdos que había olvidado’, ya está, esa es mi recompensa. Y ellos dicen que Gustavo, más allá de la fama, lo que más disfrutaba era la música. Sacale la música y no existe más”.

Traer la música de Cerati en un espacio sinfónico

Interpretar a Cerati en versión sinfónica tiene desafíos inesperados. El primero, no tener guitarra. “Toda la vida estuve con un instrumento y de repente no lo tengo. El cerebro no sabe qué hacer con las manos. ¿Las pongo en los bolsillos? ¿Las muevo? Es rarísimo”.

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El segundo, adaptarse a una orquesta de más de 50 músicos. “El director marca los tiempos, se asegura de que todo esté afinado. A veces, en los ensayos, detecto que una nota choca con mi voz y él se encarga de revisar en qué instrumento está el detalle. Es impresionante ver cómo además de la orquesta hay batería, bajo, guitarra eléctrica y piano, así que no deja de tener su momento de rock”.

Los arreglos transforman las canciones. “Ciudad de la furia es un ejemplo. Todos la conocemos con un inicio rockero, pero aquí arranca como balada, solo con cuerdas, sin guitarras, con violines y chelos en un tiempo lento. Recién a la mitad explota en formato rock. Eso pasa con muchas, se crean momentos distintos que no están en los discos”.

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Primera ocasión en Quito

Esta vez, el viaje lo traerá por primera vez a Quito. Desde 2019 ha tocado en Cuenca y Loja, pero siempre le quedó pendiente llegar a la capital. “El país me encanta. La cultura, los paisajes, la comida… tienen las frutas más ricas del mundo. Me preocupa un poco la altura por el tema de la respiración, pero siempre que vengo me siento muy cómodo. Algún día quiero venir de vacaciones largas, porque siete días no alcanzan”.

En la ciudad subirá al escenario del Teatro San Gabriel el 29 y 30 de agosto, a las 20:00, para un Cerati sinfónico que reunirá a la Orquesta Sinfónica Victoria y que recorrerá canciones como De música ligera, Crimen, Adiós y muchas más. [Aquí irá el espacio para precios]. El montaje tendrá la fuerza del rock con la delicadeza de los arreglos orquestales.

Tolenti tiene claro lo que espera del público. “Lo más importante es que sientan que están viendo algo que quizás no pudieron con Cerati en vivo. Que salgan de su rutina, que canten, bailen, lloren si lo sienten. Son dos horas para abstraerse de todo. Hoy no hay problemas, hoy vamos al teatro a disfrutar canciones que conocemos y que nos traen recuerdos. Este show es un momento para vos”.

Recuerda que, a veces, la música logra cosas que no caben en una explicación. “Cada vez que me cruzo con alguien que amó la música de Gustavo, hay algo que se comparte sin decirlo. Y creo que eso es lo que nos une en el escenario. A veces me dicen que se emocionaron, que les llegó. Ese es el objetivo. La música tiene esa capacidad de llevarte a un lugar donde el tiempo no importa. Y si encima es la de Cerati, es como volver a casa por un rato”. (E)

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