La Hacienda española encontró la manera de demostrar que Shakira sí vivía en Barcelona entre el 2012 y 2014, años en los que debió tributar pero no lo hizo, razón por la que se le acusó de defraudar al organismo con 14 millones de euros. Finalmente se declaró culpable y pagará una millonaria multa para evitar ir a la cárcel.