El diseñador Luis Tippán era un personaje público, reconocido por su trabajo y por sus acertadas y duras críticas en el tema de moda. Sin embargo, su vida fuera de pantalla siempre la mantuvo en reserva. En su grupo más íntimo, son pocos los amigos que llegaron a conocer de cerca al creativo cuencano, quien residió en Guayaquil hasta su muerte, el pasado 26 de marzo.

Por su extensa trayectoria, en la que se vinculó a los reinados de belleza y de la que sus colegas destacan el arduo detalle con el que confeccionaba cada pieza, varios son los diseños que dejó en su atelier y que serán parte de una subasta a beneficio de la madre de Tippán, quien estaba bajo su cuidado.

Subasta

“Él siempre decía que los homenajes son en vida. Él tenía el sueño de hacer el museo de la moda, una idea que nació con Manuel Wolf (+) y Luis quiso seguirlo. Queremos que esos sueños tomen forma y se hagan realidad. No queremos lucrarnos con nada”, asevera la diseñadora Natasha Wiesner, quien conoció a Tippán cuando ingresó a estudiar en el Instituto de Diseño.

Publicidad

Sobre la iniciativa del museo, agrega que está previsto también presentar el proyecto al alcalde de Guayaquil para desarrollar un espacio que conserve la memoria de este gremio en el país.

Wiesner, con 32 años de trayectoria en moda, revela que con Tippán tenían la costumbre de coser juntos por videollamadas. “Podíamos amanecernos conversando por teléfono mientras trabajábamos. Estuvimos en grandes desfiles. Nunca hubo egoísmos. Era un gran consejero. Él para mí era lo máximo en diseño de patronaje”, dice.

El maquillador Julio Rangel revela además que esta iniciativa nació de parte de los amigos de Tippán para ayudar a su progenitora, quien no cuenta con seguro médico. “Ella fue operada de una hernia; ahora está al cuidado de un prima. Queremos ayudarla para solventar sus gastos y cuidarla, como siempre lo hizo Luis”, explica.

Publicidad

Por el momento, agrega, no se han fijado los precios de los diseños que estarán en subasta, el lugar y fecha de la cita.

Documental

Guillermo Silverio, diseñador cubano radicado desde hace diez años en Ecuador, también integra el grupo de amigos de Tippán a cargo del desfile en el que subastarán sus creaciones. “Él era como un padre para nosotros. Siempre nos apoyábamos. Él fue el primero en criticarme un desfile que hice en el Fashion Week. Él era tan sencillo que después del evento nos fuimos a comer un chuzo”, recuerda.

Publicidad

De acuerdo con Silverio, quien también es licenciado en artes escénicas, junto con Tippán empezaron a escribir un documental sobre él. “Él me aprobaba lo que se escribía y me indicaba a quiénes podía entrevistar. No teníamos una fecha prevista para presentarlo, pero queremos mostrarlo el día de la subasta, proyectarlo ahí”, menciona.

Libro

Plasmar la historia sobre la moda en Ecuador fue también una de las metas que quería conseguir Tippán, afirma el diseñador chileno Sergio Palma Naser. “Nosotros nos hicimos más cercanos después de la creación de la Asociación de Diseñadores. Él siempre preguntaba cuando desconocía sobre un tema; nunca tenía vergüenza de preguntar, estaba en constante aprendizaje”, refiere.

Con Tippán, con quien mantuvo una amistad de más de 30 años, el lanzamiento de un libro que recogiera las distintas etapas de la moda en el país, así como sus íconos más destacados, fue un plan que lograron culminar. “El libro está terminado. No se hizo un tiraje de la publicación, pero ya está listo para imprimirse”, asegura.

Familia de la vida

“El mayor miedo de Luis era dejar a su madre sola”, revela el maquillador Miguel Da Silva, quien fue además asistente personal de Tippán por varios años.

Publicidad

Da Silva es parte —así como los anteriores especialistas mencionados— del grupo de WhatsApp denominado Divos. Este chat lo integran actores, cantantes, actrices, maquilladores y diseñadores a quienes Tippán consideraba sus verdaderos amigos. “Somos un total de 21 personas que siempre compartíamos”, expresa.

“Yo la apadrino, pero pobre que me haga quedar mal”. Esta es una de las primeras frases que recuerda la diseñadora María del Mar Proaño de cuando conoció a Tippán. Ambos se conocieron durante uno de los programas de la comunicadora manabita Mariela Viteri. “Él apadrinó mi primera colección (de moda). Estaba muy nerviosa, porque sabía lo que representaba tener su apoyo en mis inicios”, relata.

De su amigo recuerda que era él quien motivaba al resto del grupo para reunirse. “Nos invitaba a tomar chocolate. Él era muy sensible. La última vez que nos vimos me dijo: ‘No todo está bien’, y dejó de escribir en el chat, se desapareció”, indica.

Con el diseñador esmeraldeño Abel Lara lo unía una amistad de más de dos décadas. “Junto con Nardy Carrión nos hicimos muy buenos amigos. Cuando hice la primera edición de Esmeraldas Está de Moda, fue Luis quien logró llenar la convocatoria”, agrega.

Lara fue uno de los amigos que estuvieron presentes además cuando las cenizas de Tippán fueron esparcidas en el mar, cumpliendo así la última voluntad del cuencano.