Rosca de Reyes, el nombre de este alimento recuerda a los tres Reyes Magos que, según la tradición cristiana, visitaron al Niño Jesús tras seguir a una estrella que los guio hasta el lugar donde se encontraba el pequeño con María y José. Cada 6 de enero, familias latinoamericanas disfrutan de una tradicional rosca de Reyes.
“El origen de la rosca de Reyes es una tradición que tuvo sus comienzos en países europeos como Francia y España”, recuerda National Geographic. Durante la época de la conquista llegó a naciones latinoamericanas. Esta se hace de una masa dulce con forma circular y se lo suele adornar con rodajas de fruta confitada de colores variados. Pueden ser rellenas de crema o en la actualidad, de chocolate o fruta. En algunos casos se esconde una figura del Niño Jesús dentro de la masa.
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Su origen se remonta a la Antigua Roma, donde se elaboraba un bollo redondo con higos, miel y dátiles que se repartía por igual entre plebeyos y esclavos. En el siglo III se añadía un haba seca y al afortunado que le tocaba era nombrado momentáneamente rey de reyes.
Con el paso de los siglos y la expansión del cristianismo, el haba seca se la reemplazó por una figura de porcelana del Niño Jesús de Nazaret. La figura del Niño Dios simboliza cuando María y José escondieron a Jesús de las manos del rey Herodes.
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Cuenta la historia que tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltazar, viajaron desde el Oriente hasta Jerusalén guiados por una estrella, para adorar a un profeta recién nacido y llevarle tres ofrendas: oro, incienso y mirra. Los tres Reyes del Oriente encontraron al Niño, quien tenía tres días de nacido, se postraron ante él y le dieron las tres ofrendas. El día en que finalmente los Reyes Magos conocen al Niño Jesús, se le denomina epifanía, encuentro que simboliza la rosca de Reyes. (I)