El escritor y cineasta kuwaití Saleem Haddad considera que los árabes han ido avanzando en el proceso de reconocer la diversidad sexual, y sus derechos “cada vez tienen más voz”, aunque el aumento de la visibilidad LGTBIQ+ “también ha traído mayor represión hacia ellas”.
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Haddad, nacido en Kuwait, pero de madre iraquí-alemana y padre palestino-libanés, hizo estas declaraciones a EFE en la Casa Árabe de Madrid, donde esta semana presenta sus últimos trabajos artísticos centrados en el colectivo LGTBIQ+ en Oriente Medio, el cortometraje Marco y el libro Última noche en el ‘Guapa’, con el que asegura sentirse “privilegiado” por “ser la voz que no todos tienen”.
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El cineasta aclaró que no todos los países árabes se encuentran en el mismo proceso de asumir la diversidad de sus ciudadanos, y que se tiende a "generalizar" con los 22 países que componen la región.
Además, la "imagen" que se tiene en Europa y Estados Unidos de Oriente Medio "es la de un grupo monolítico, cuando no es así", puntualizó.
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“Creo que en realidad tenemos mucha diversidad, la siento en las calles y en los proyectos que van surgiendo. Soy optimista porque pienso que los árabes han ido avanzando”, afirmó.
En la presentación de su obra en la Casa Árabe, Haddad se reconoció sorprendido porque su trabajo hubiera llegado a tantas personas: “se ha formado una comunidad y yo he tenido el privilegio de ser esa voz visible que no todos tienen. Para mí era muy importante ser ese faro, esa guía de todos los que no tienen voz”, dijo.
La novela Última noche en el ‘Guapa’, que se publicó en 2016 y está traducida al español (al árabe no fue posible), cuenta la vida de un hombre gay durante la revolución de la Primavera Árabe y sigue al protagonista a través de su identidad personal y política como parte de un momento histórico y una transformación cultural.
Su debut como director llegó en 2019 con el estreno de “Marco”, un corto que sigue a un refugiado sirio que es trabajador sexual en Londres y que conoce a un hombre libanés.
El autor reconoció en la presentación que "hubo algunas dificultades" tanto a la hora de escoger a los actores como por temas de financiación en el momento de contar la temática del proyecto.
“Había actores que no querían ser asociados a la comunidad gay e incluso otros que querían pero aún no se lo habían contado a sus familias, lo cual era un problema. En cuanto a la financiación, no vas a recibir fondos institucionales, sino donaciones anónimas”, explicó.
También insistió en “tender puentes” en base a la identidad sexual, porque aunque “no en todos los países ocurre”: “existe el miedo y el rechazo y cuando abandonas tu hogar este también cambia y el regreso es muy difícil. Para ello es imprescindible establecer relaciones de apoyo dentro del colectivo”.
“Cuando me presenté a mi familia como quien realmente era, nos distanciamos durante cinco años. En ese tiempo las amistades ‘queer’ que forjé fueron fundamentales para mí, eran mi familia. La sexualidad solo es una parte del puzle, pero yo llevo 15 años fuera y cada vez que regreso a Jordania o al Líbano sigo teniendo esa sensación, no sé si volveré a encajar de vuelta”, señaló.
En el acto de presentación también participaron Enrique Aparicio, periodista cultural freelance y Jimena González, filóloga árabe que analizó la obra escrita de Saleem Haddad y que la definió como “un análisis muy certero sobre la identidad individual, nacional o cultural”. (I)