Corría el siglo XI y una tarde, una condesa, cuyo nombre traducido del latín significa ‘regalo de Dios’, montada a caballo se paseaba por las calles de Coventry (Gran Bretaña) sin más vestidura que su larga caballera. El hecho despertó la atención de todos los habitantes del lugar, quienes tenían una sola condición: encerrarse en sus casas y no abrir las ventanas ni puertas mientras la bella dama cumplía un trato pactado.

Así cuenta el mito medieval inglés sobre Lady Godiva, quien podría ser la primera mujer en haber ocupado el cuerpo para defender una causa social. Aunque no precisamente por decisión propia. La leyenda cuenta que su esposo, el conde Leofric (968 - 1057), llevado por la ambición y abusando de su poder, se encargó de imponer impuestos extremadamente altos a sus vasallos. Fue cuando Godiva, empática con su pueblo que sufría, le rogó que los rebajara. El conde accedió al requerimiento, pero con una condición: que su esposa recorriera desnuda sobre un caballo.

La mujer así lo hizo, pero bajo las reglas ya mencionadas al inicio de la nota. Según historiadores, el conde, admirado por la valentía de su esposa, cumplió su palabra y rebajó los impuestos.

Pero la leyenda no termina allí, relatan que alguien desobedeció la palabra de Godiva, se trató de un imprudente sastre que no se resistió a los encantos de la condesa y la vio a través de las persianas de su casa, quedándose ciego por esto. Razón por la que, años más tarde, fue llamado Peeping Tom (Tom el Mirón).

Cierto o no, la audacia de Lady Godiva, y su imagen desnuda sobre un caballo, ha sido homenajeada por artistas, cineastas, escritores, cantantes y hasta por una marca de bombones de Bélgica, que decidió bautizarse Godiva Chocolatier.

Godiva Chocolatier, de Bélgica.

El museo Herbert Art Gallery, situado en Inglaterra, custodia dos obras que recogen este hecho: una obra de la autoría de Adam Van Noort, encontrada en Coventry en 1586; y un cuadro de John Collier, de 1897, que plasma de manera delicada a Godiva.

En tanto, por el lado de la música está la conocida canción Don’t stop me now, de Queen, quienes en un verso hacen referencia a la británica: «I’m a racing car passing by, like lady Godiva» («Soy un carro de carreras que pasa, como lady Godiva»).

Y así hay otras como Lady Godiva’s Room, de Simply Red; Lady Godiva, de Alex Day; el dúo Peter and Gordon grabó una canción y álbum con su nombre, entre otras creaciones.

Mientras que la primera vez que el mundo del séptimo arte lanzó una película sobre esta figura histórica fue en 1911, con la actuación de Julia Swayne Gordon. En 1955, en cambio, la actriz Maureen O’Hara se colocó en la piel de la condesa en el filme Lady Godiva of Coventry.

La última versión fue en el 2008 con la cinta Lady Godiva, de Vicky Jewson. Del mismo modo, la literatura también ha escrito sobre la mujer vista por muchos como heroína. (I)