La música de Schubert Ganchozo invadió la tradicional e histórica calle Panamá, al mismo tiempo un grupo de bailarines lo acompañó al compás de sus sonidos folclóricos. Enseguida, la potente voz de la soprano Beatriz Gil Parra se tomó el lugar para cantarle a la ciudad que tanto ama. Y así la mañana de este miércoles, que estuvo marcada por una suave brisa proveniente del manso Guayas, fue testigo de la inauguración del Museo del Cacao de Guayaquil, que a partir de ahora abre sus puertas en una de las calles más históricas de la urbe porteña.