Sempiterno es un adjetivo que se emplea para indicar que algo es imperecedero, eterno o que nunca tendrá fin. Suele usarse con intención enfática, como en este título: «Eddie Marsan, el sempiterno actor secundario» (El País [Esp.] 6.3.2019).

También funciona como sustantivo con el sentido de ‘perpetua’. En este caso solo tiene género femenino y se refiere a una planta herbácea (la perpetua) y a su flor: «La perpetua está florecida». Se puede alternar con el sinónimo siempreviva.

Asimismo se aplica en femenino con la acepción ‘tela de lana, basta y muy tupida, que se usaba para vestidos’: «En siglos pasados, las mujeres de escasos recursos económicos preferían la sempiterna para confeccionar sus vestidos».

El nombre bonhomía se originó del francés bonhomie, que a su vez surgió del vocablo bonhomme, que está compuesto de bon (bueno) y homme (hombre) = ‘hombre bueno’.

Ingresó al Diccionario de la lengua española en 1917 con los sentidos de ‘hombría de bien y sencillez de maneras’; ‘candidez excesiva, credulidad’. Estaba catalogado como galicismo.

En la actualidad consta con la acepción de ‘afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento’. Por lo tanto, una persona generosa, desinteresada, íntegra, de buen carácter, que recibe sus triunfos con sencillez y sin vanagloria es alguien que tiene bonhomía, como en este ejemplo del Diccionario del estudiante: «Se prestó a ayudarnos con la generosidad y la bonhomía que le caracterizaban».

En síntesis, sempiterno denota que algo o alguien es eterno. Bonhomía es afabilidad, sencillez, bondad. Que nuestro país tenga una paz sempiterna y que la bonhomía invada nuestro ser. (F)

FUENTES:

Diccionario de la lengua española, Diccionario del estudiante, Diccionario de americanismos, Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española (versiones electrónicas), de la Real Academia Española.