Brasil celebró su primera victoria en los Premios Óscar con Aún Estoy Aquí, la película de Walter Salles que se llevó la estatuilla a Mejor Película Internacional.
La producción, que narra la historia de Eunice Paiva y su lucha durante la dictadura militar en Brasil, logró imponerse sobre competidores fuertes como Emilia Pérez y The Girl with the Needle, consolidando un triunfo que muchos consideran histórico para la cinematografía del país.
Publicidad
El reconocimiento a la película generó una ola de reacciones en Brasil. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva destacó la importancia del premio no solo como un logro artístico, sino como un recordatorio del valor de la democracia. “Hoy es un día de sentir aún más orgullo de ser brasileño. Orgullo de nuestro cine, de nuestros artistas y, principalmente, de nuestra democracia”, expresó en su cuenta oficial de X, felicitando a todo el equipo detrás del filme.
También mencionó a la actriz Fernanda Torres, quien interpreta a Eunice Paiva; a su madre, Fernanda Montenegro, y al director Walter Salles, agradeciéndoles por mostrarle al mundo “la importancia de la lucha contra el autoritarismo”.
Publicidad
La trama sigue a Eunice en un Brasil dominado por la represión, obligándola a reconstruir su vida mientras enfrenta la persecución del régimen. En su discurso al recibir la estatuilla, Salles dedicó el premio a todas las mujeres que, como Eunice, se negaron a ceder ante el miedo.
“Esto es para una mujer que, tras sufrir una pérdida bajo un régimen autoritario, decidió no doblegarse y seguir luchando. Y también para las extraordinarias mujeres que la interpretaron: Fernanda Torres y Fernanda Montenegro”, dijo el cineasta.
Desde la política, la expresidenta Dilma Rousseff también celebró el triunfo de la cinta y su significado para el país. “Es un reconocimiento de la fortaleza de la cultura brasileña. Un homenaje merecido a nuestro cine”, escribió en X. También resaltó el valor histórico del premio, afirmando que se trata de “una victoria internacional histórica que honra a aquellos que se fueron y reverencia a aquellos que todavía están aquí, defendiendo la democracia y combatiendo al fascismo”.
Brasil celebró el triunfo con mucha emoción, en São Paulo, las salas de cine se llenaron de espectadores que siguieron en vivo la premiación, mientras que en Río de Janeiro, la gala fue transmitida en plena celebración del Carnaval en el Sambódromo. Tras la proyección de la película, la Corte Suprema brasileña anunció la reapertura del caso de Rubens Paiva, cuyo cuerpo nunca fue encontrado. Además, el registro civil del país modificó su certificado de defunción, estableciendo oficialmente que su muerte fue consecuencia de la persecución del régimen. (E)