Escrita y dirigida por la dramaturga y cineasta Celine Song, Amores materialistas (en cines ecuatorianos el jueves 31 de julio) es la continuación de la melancólica Past lives (Vidas pasadas), su ópera prima de 2023, nominada a dos Óscar por mejor película y por mejor guion original.

Con Amores materialistas, Song presenta una comedia romántica y en el centro pone a una joven que se debate entre darle su amor a un hombre rico que le ofrece una vida cómoda y tranquila o dárselo a otro mucho más pobre que, sin embargo, comprende lo más profundo y auténtico de su ser.

El filme, protagonizado por Dakota Johnson, Chris Evans y Pedro Pascal, está repleto de conversaciones sobre la importancia del amor y las relaciones, el papel que desempeñan en la vida de las personas y su impacto en la identidad individual.

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Johnson es Lucy, quien trabaja como casamentera profesional en la ciudad de Nueva York, ayudando a clientes adinerados a cumplir sus imposibles criterios de apariencia, físico, ocupación, educación, ingresos, antecedentes, estilo de vida y cualquier otro factor que pueda alterar el valor de una posible pareja en el mercado de solteros elegibles.

Cuando Lucy conoce a Harry (Pascal), un alto, atractivo y muy rico gestor de capital privado, inicialmente intenta convencerlo como posible pareja para cualquiera de las muchas clientas que lo desearían. Pero él planea, en cambio, perseguir a Lucy a través de una serie de cenas carísimas.

Mientras tanto, ella también se ha reencontrado con John (Evans), un exnovio que sigue siendo un actor con dificultades para llegar a fin de mes, trabajando como camarero de catering años después de su ruptura. Lucy se encuentra dividida entre el cinismo y el pragmatismo matemático que su trabajo ha inculcado en ella y un romanticismo anhelante al que desearía estar abierta.

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Song y Johnson han forjado un vínculo evidente durante el tiempo juntas, pues se conocieron en una época en la que la atención en torno a Vidas pasadas permitía a Song conseguir reuniones para proyectos específicos, con muchas estrellas de renombre.

Ambas mencionan que, durante el rodaje, Song solía comunicar ideas a Johnson con una simple mirada o un gesto, en lugar de una explicación elaborada.

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“Para mí, toda la película se basa en piezas. Porque todo lo que estamos viviendo también será antiguo. Sabemos que ciertas herramientas de piedra se transmitieron mutuamente, pero desconocemos las flores que se intercambiaron”, afirma Song.

“Hay cosas, como los sentimientos, las emociones y el amor, que son intangibles y efímeras. Existe un registro muy real, tangible y material del intercambio de herramientas de piedra y objetos. Pero lo que se transmitió en su corazón no lo es. No está registrado”.

Amores materialistas intenta capturar las particularidades de un momento cultural, calculando el costo-beneficio contra un reloj que se percibe como en marcha, a la vez que a menudo esquiva a depredadores abusivos.

“Hoy en día, el mundo de las citas, gracias a las redes sociales, es muy diferente: todo es aspiracional. Quieres vivir la vida que todos los demás tienen en tu teléfono, pensando que eso es lo que se supone que debes hacer. Se ve bien, pero no es auténtico porque es artificial, está filtrado, es ridículo”, explica Johnson.

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“Así que todo lo que una mujer o un hombre busca en una pareja, cuando llega a cierta edad, sea cual sea, son cosas materiales. Es la altura, los ingresos, el cabello, el cuerpo, el físico... Son cosas que no tienen nada que ver con una conexión espiritual”. (E)