Sus grandes e intensos ojos son una especie de imán, su rostro pareciera que traslada a otra época, el contorno de los labios es casi perfecto que se asimila a un corazón. Es su naturaleza interpretando personajes lo que ha convencido a la industria del cine de que se trata de una joven promesa. Es Anya Taylor-Joy, la camaleónica actriz que reemplazó sus cabellos dorados por una peluca pelirroja para dar vida a Beth en la serie de Netflix Gambito de dama.