Retornar a las tablas es apostar en grande ahora que nos hemos visto revolcados con la pandemia y las medidas sanitarias impuestas desde las autoridades. El Estudio Paulsen, consciente de aquello, trae bajo la batuta de Carlos A. Ycaza la obra de teatro leído: Medardo en casa, escrita por David Castro Egas. Esta se presentó en la sala experimental del Teatro Centro de Arte con la distancia pertinente entre los espectadores.

Ya saben, amantes del teatro que en este espacio, llámese de crítica u opinión teatral, siempre vamos a aplaudir el riesgo independientemente de la famosa pregunta “¿qué tal estuvo la obra?”. Carlos Ycaza es su director y mentalizador, y pudo transmitir su sensibilidad teatrista a los actores, quienes pusieron más allá del cuerpo… su energía y voz. Aunque la obra cayó a veces en lo monótono, porque no ayudó mucho la voz del narrador.

Se leyó, pero algo sobreactuado, una historia poco conocida y un tanto controversial del poeta guayaquileño Medardo Ángel Silva. No cabe duda de que el teatro es una herramienta fascinante para educar y transmitir cultura. Y no es la primera vez que el Paulsen se inclina por esta empresa. El año pasado se montó la obra Abbiamo Himno escrita también por Castro Egas. Guayaquil, nuestra ciudad, es también un personaje que se caracteriza a ratos como para darnos el contexto mientras se revive a Medardo junto a sus versos. Significa transmitir la historia, hoy cuando el interés es casi nulo entre las nuevas generaciones. Aunque en la obra nos advierten que hay ficción, no deja de ser pedagógica.

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Medardo en casa, contó con las participaciones de los actores Shany Nadan (Angelita), Christopher Solórzano (Medardo), Montse Serra (Mariana) y Elena Cáseres (Mateíta). (O)