En los últimos años la reina Isabel II delegó varias actividades oficiales al príncipe Carlos, en una especie de adaptación para cuando este finalmente se ubique en la Silla de San Eduardo, la mítica silla de madera, ubicada en el interior de la Abadía de Westminster, donde son coronados los reyes británicos. No obstante el heredero a la corona está en preparación para ascender desde prácticamente el día en que nació.