Tenía 24 años cuando Peg Entwistle se lanzó al vacío desde la letra H del letrero de Hollywood. La serie de Ryan Murphy en Netflix le da el reconocimiento que ella buscó al darle protagonismo en la plataforma de streaming y cambiar -de forma ficticia- el final de su historia, que en realidad fue trágica.

Hollywood, la miniserie de Ryan Murphy para Netflix, se atreve a imaginar una cara distinta para la meca del cine durante los años 40.

La producción recrea el ambiente cinematográfico de los años cuarenta con una premisa insólita: la historia de un Hollywood donde no hay desigualdades en el poder, donde es posible darles una oportunidad a los relatos y a los actores y actrices de distintos grupos raciales como el negro, el asiático y la comunidad gay.

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Lo que en casos como el de Anna May Wong lleva a reivindicaciones muy necesarias, en otros la fábula optimista y aspiracional hace auténticas cabriolas para diluir la crudeza de hechos reales de la intrahistoria de Hollywood.

En la ficción de Murphy -que firmó un contrato con Netflix por 300 millones de dólares-, un guionista gay y negro escribe una película sobre la vida de Entwistle , a la que titula Meg, que será interpretada por una actriz negra (Laura Harrier). El film es pura imaginación, pero la historia que lo inspira es muy real.

El 16 de septiembre de 1932, cuando el letrero de Hollywood todavía era de Hollywoodland (no cambiaría hasta 1949), la actriz británica Peg Entwistle subió hasta lo alto de la letra H. Desde esos 15 metros de altura, se lanzó al vació. Tenía 24 años y su suicidio acabó incorporándose a la leyenda negra de Hollywood.

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Este suceso es la base del guion que Archie Coleman (personaje interpretado por Jeremy Pope) mueve por las productoras hasta que capta la atención del joven director Raymond Ainsley (Darren Criss), que ve en sus páginas una oportunidad para cambiar la industria.

La historia real

Milicent Lilian Peg Entwistle nació en Gales (Reino Unido) en 1908, pero a los cinco años emigró con su padre Robert Entwistle a Nueva York, donde él se ganaba la vida como actor. A finales de 1922, cuando ella tenía 14 años, su padre murió atropellado en Park Avenue por un conductor que se dio a la fuga.

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Peg y sus dos hermanos pequeños quedaron bajo el cuidado de su tío, que era el representante del actor Walter Hampden en Broadway.

Durante tres años vivió con sus tíos en Los Ángeles, a pocos metros del letrero Hollywood que, tal como revela su biógrafo, James Zeruk Jr., para ella era como una plaza de juegos de letras para escalar.

A los 17 años volvió a Nueva York donde brilló en Broadway con la obra El pato salvaje. Así fue como Peg siguió la tradición familiar de la actuación y dedicó su juventud a interpretar papeles sobre las tablas. A lo largo de toda la década participó en numerosas obras de Broadway y recibió buenas críticas por su trabajo.

Como ocurría con todo actor de la época, el sueño de Peg Entwistle era convertirse en estrella de cine. En 1932 volvió a Los Ángeles para abrirse camino en ese competitivo terreno, mientras mantenía obligaciones con el teatro en Nueva York (en marzo de 1931 interpretó a Amy March en una producción de Mujercitas).

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En Los Ángeles también empezó trabajando en la escena teatral; allí protagonizó The Mad Hopes, con Billie Burke y Humphrey Bogart. Así es como entró en el radar del superproductor David O. Selznick, que la tomó en cuenta como jefe de producción de RKO.

Entwistle perdió contra Katharine Hepburn el primer papel importante que le ofrecieron, al frente del drama Doble sacrificio (1932) bajo dirección de George Cukor. No obstante, su contrato con RKO se concretó en la producción del filme de terror Trece mujeres (George Archainbaud, 1932), protagonizado por Irene Dunne, que la crítica rechazó de forma unánime.

¿Cómo murió Peg Entwistle?

Aunque la actriz había conseguido su primer crédito cinematográfico, no fue un logro muy dulce. Su papel fue recortado considerablemente durante el montaje final; pasó de 16 a 4 minutos de tiempo en pantalla. Peg Entwistle se suicidó un mes antes del estreno.

Tras el final del rodaje de Trece mujeres, y al no recibir más papeles, la actriz entró en una profunda depresión y comenzó a beber alcohol sin freno. La noche del 16 de septiembre, en medio de uno de sus graves episodios alcohólico-depresivos, se acercó hasta el letrero gigante de Hollywoodland, subió hasta la cima de la letra H y se quitó la vida saltando al vacío.

Según contó la prensa de la época, una mujer que paseaba por la zona encontró el cuerpo a la mañana siguiente. Dentro del bolso de Entwistle había una nota de suicidio que decía: “Tengo miedo, soy una cobarde. Pido perdón por todo. Si hubiera hecho esto hace tiempo, me habría ahorrado mucho dolor. P. E.”.

En la ficción de Netflix, Meg intenta lanzarse pero es detenida por su novio, quien le dice que sí logró el papel que tanto quería y que finalmente le daría un Oscar que la verdadera Peg no consiguió en una industria de estrellas del cine convertida en el paraíso de la inclusión que nunca fue. (I)