Comenzó como un reporte noticioso sobre Harvey Weinstein, luego un tuit que se hizo viral, y de pronto pareció que todo cambió de la noche a la mañana. El 2017 será por siempre recordado como el año del ajuste de cuentas.

O como el año en que el ajuste de cuentas simplemente comenzó, pues mientras más hombres influyentes siguen perdiendo sus trabajos casi a diario por presunto acoso o abuso sexual –en Hollywood, la TV, los restaurantes de lujo y el Senado estadounidense– no parece haber señales de que este fenómeno esté por terminar. Cada mañana nos despertamos preguntándonos “¿quién sigue?”. Y a esa pregunta ahora tenemos que agregarle: “¿qué sigue?”.

Porque al aproximarse el cierre de este año, muchos se preguntan qué tan profundo y perdurable será este cambio en adelante. ¿Fue este realmente un sismo cultural, como muchos lo han llamado? ¿O hay posibilidad de que con el tiempo todo esto se desvanezca?

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“No podemos estar seguros”, dice Gloria Steinem. “Pero lo que sí puedo asegurar es que es la primera vez que veo que le crean a las mujeres”, agrega.

Lo que fuera que estaba pasando bajo la superficie explotó en octubre con una exclusiva en The New York Times: una historia con denuncias impactantes de abusos cometidos por Harvey Weinstein.

La conducta del poderoso productor de cine había sido por años un secreto a voces, pero la actriz Ashley Judd finalmente le dio un nombre conocido a las denuncias –una plataforma de lanzamiento crucial para lo que vino después.

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Hasta la fecha, unas 80 mujeres se han pronunciado; Weinstein continúa negando cualquier relación sexual no consensual.

Entonces vino un tuit que le dio la vuelta al mundo. “Si todas las mujeres que han sufrido de acoso o abuso sexual escribieran Me too” (#YoTambién), tuiteó la actriz y activista Alyssa Milano el 15 de octubre. Con el paso de las semanas, las denuncias se han multiplicado y también los acusados, desde Hollywood, entre ellos, Kevin Spacey, Louis C. K., Brett Ratner y Dustin Hoffman. (I)

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Detalles
Acoso sexual

Acusados piden disculpas
Algunos se disculparon mientras que otros pelearon, como Russell Simmons con su hashtag #NotMe (#YoNo). Y algunas disculpas fueron más efectivas que otras: Spacey fue criticado por declarar que era gay, mientras se disculpaba por avances sexuales no deseados.

Denunciantes
Algunas de las acusadoras decidieron no ser identificadas por temor a retaliación.