Ubaldo Matildo Fillol, uno de los más destacados en el panteón de los dioses del fútbol argentino, se encargó de ratificar —y con argumentos— por qué Enzo Pérez, devenido arquero de emergencia el miércoles en un partido de Copa Libertadores frente a Independiente Santa Fe, ya tiene su plaza entre los grandes de la historia de River Plate.

“En el potrero jugaba de 5 y atajaba, sí, ¡pero acá fue en un evento internacional! Es distinto. A Enzo Pérez se ve que le gusta, pero tienes que tener un coraje y un sentido de pertenencia tremendos para hacer ese esfuerzo espectacular. Es muy difícil”, evaluó el Pato Fillol, al tiempo que recordó que en sus inicios de volante central y arquero en los potreros del Club San Miguel, en Monte, a los 14 años se decidió por ocupar el arco definitivamente, luego de ser probado —y quedar— en Quilmes.

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Con 20 jugadores aislados por COVID-19, incluidos los cuatro arqueros, el técnico Marcelo Gallardo tuvo que improvisar como portero a Pérez, un experimentado volante de 35 años, que además estaba lesionado.

Pérez, mundialista con la Albiceleste en Brasil 2014 y Rusia 2018, recibió la bendición de Gallardo para ir al arco y cumplió con creces su función improvisada.

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Esto dijo el Pato Fillol en una entrevista con el diario deportivo Olé:

¿Cómo lo viste a Enzo?

Con coraje. No puedes evaluarlo técnicamente, porque no tuvo mucho trabajo, pero sí califico ese amor por la camiseta que tuvo. Fue muy importante su actitud para exponerse de esa manera, demostrando un amor incondicional a la institución.

Y hacerlo lesionado...

Sí, sí… Ese riesgo lo tomaron (Marcelo) Gallardo, el cuerpo técnico y Enzo. Yo sé lo que es estar limitado por una lesión e ir al arco. Conozco el tema. Es muy perjudicial.

¿Qué se siente al salir a la cancha en esas condiciones y en un puesto que te exige tanto desde lo físico para reaccionar?

¡Inseguridad! No en el juego, ojo, sino en el tema físico en sí. Porque tienes que tomar participación repentina en una pelota y no puedes. Y ni hablar él, que nunca fue al arco. Por ahí un arquero puede atajar con algún problema muscular: a mí me tocó hacerlo muchas veces. Pero lo sabía manejar. Para él habrá sido sumamente difícil. Y me emocionó ver la manera en que los compañeros lo defendían para que no se aprovechara el rival y le pateara de cerca o de lejos.

¿Qué significado le das a eso?

Eso marca lo que es el grupo de River. Muchas veces en el mundo del fútbol se dice: “Los jugadores no defienden al técnico en la cancha”. Vos, cuando ves lo que pasó anoche, se nota que es un equipo con rebeldía, solidario, que hay un grupo muy, muy fuerte. Todo eso lo visualizas. Y más uno, siendo exjugador. Y lo más importante es que se transmite, se arma una conexión entre los jugadores, y por eso fue muy lindo.

Para el Pato Fillol, el partido de River ante Independiente Santa Fe fue...

Lo califico como lo que expresó Marcelo Gallardo: que fuera algo épico. Y ni hablar de Enzo. Si él no lo hacía, a River no le iban a alcanzar los jugadores para juntar once. Y no teníamos suplentes… Ante una adversidad tremenda en todos los aspectos, y no quiero buscar culpables porque ya pasó, River tuvo un coraje tremendo y va a quedar en la historia.

Incluso con juveniles que debieron acomodarse, como Lecanda, Peña, el propio Álvarez...

Pero eso es por el contagio: la garra, el tesón, el amor, el grupo… Es muy importante todo eso. Porque en estas instancias era necesario. La injusticia que andaba dando vueltas por hacer jugar un partido y que un equipo presentara a un arquero que es jugador de campo… Estaba todo ahí arriba en el campo de juego.

¿Cómo imaginas que fue la previa?

Se ve que se juntó más que nunca el equipo y se dijo: “El tema ya está, la decisión (de Conmebol) ya se tomó, vamos a tratar de superarla”. Creo que habrá habido mucha charla entre ellos, y se juramentaron dejar todo en la cancha como River lo hace muy seguido. Eso eclosionó y le llegó, por ejemplo, a los más jóvenes.

Posiblemente la máxima referencia de ese ejemplo haya sido Pérez. Anoche, después del partido, Enzo dijo: “No quiero ser ídolo”. ¿Crees que ya lo es?

Uno juega por amor, porque le gusta. La gente después te hace ídolo. Él ya está dentro de la historia de los ídolos del club. River tiene una historia grande y todos tienen su lugar por la gesta de anoche, que tomará mayor dimensión cuando vaya pasando el tiempo. (D)