Desde el inicio de sus labores en la Federación Deportiva Guayaquil (Federación Deportiva del Guayas desde 1924) Manuel Seminario Sáenz de Tejada —el más importante dirigente deportivo de la historia— empezó a pensar en la internacionalización de nuestro deporte. Hasta aquel 1922 Guayaquil había solo recibido la visita de equipos de fútbol que eran parte de las tripulaciones de buques que, como en los casos de los ingleses Weymouth y el Cambrian, no pertenecían a ninguna federación. ¿Cómo lograr que clubes internacionales lleguen a Guayaquil? La única forma posible era lograr la afiliación de Ecuador a las federaciones internacionales por deportes que gobernaban esta actividad a nivel mundial. Con este objetivo se iniciaron las gestiones; sin embargo, había un impedimento: no existía en nuestro país una organización nacional, y en lo provincial solo la Federación Deportiva Guayaquil contaba con una estructura multideportiva y tenía personería jurídica reconocida por el Estado.

Sus contactos en Francia iban a ser muy útiles para lograr la asesoría en el propósito de fundar una entidad nacional y conseguir las afiliaciones internacionales para la Federación Deportiva Guayaquil y transferirlas luego a una verdadera entidad nacional. A finales de 1923 las gestiones estaban en plena marcha. En mayo de 1924 se hallaba de visita en Chile el vicepresidente de la Federación Deportiva Guayaquil, Guillermo Roca Boloña. La revista La Estrella, de Valparaíso, lo entrevistó y publicó una extensa nota sobre la situación del deporte ecuatoriano. El Telégrafo del 17 de mayo de ese año reprodujo la entrevista. En una de sus partes, Roca expresaba: “Con honradez y justa apreciación, reconociendo como factor entusiasta y decidido, estimamos al señor Manuel Seminario, actual presidente de la Federación Deportiva Guayaquil, como la mayor fuente de información para un husmeador de noticias de la actualidad deportiva”. El mismo día apareció en El Telégrafo un editorial bajo el título de ‘¡Laboremos! ¡Laboremos!’, que contenía una entrevista a Seminario, un fragmento de la cual reproducimos:Hacia él fuimos apenas el polvo del camino había caído bajo el ímpetu de la benéfica ducha. Directamente, como viejos conocidos, abordamos la cuestión (…). Fluye rápida y amena la charla del gran sportman. Nosotros, desde nuestra butaca, lamentamos que el Ecuador no tenga siquiera cuatro hombres como Seminario que obren así, de corazón y con pletorismo de energías, una campaña oficial que tienda a formar en el Ecuador una legión de atletas (….)”.

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Equipo del Arturo Prat, de Chile, en Guayaquil. Foto: Foto: archivo de Ricardo Vasconcellos R

El 8 de junio se publicó en el mismo diario El Telégrafo una carta enviada a Seminario el 4 de abril desde Valparaíso por Serafín Guerra, presidente de la Asociación de Fútbol de ese puerto chileno, en una parte de cuyo texto decía: “Nada sería más grato para esta asociación que poder enviar hasta allá una delegación deportiva, y recibir, en cambio, a sus enviados, y desde este momento quedamos estudiando con verdadero placer la posibilidad de la gira”. Surgía entonces aquella imposibilidad de la que ya hablamos: la falta de las afiliaciones a las federaciones internacionales. Ningún país podía presentar a sus deportistas en otro que no formara parte de la federación internacional respectiva. Era una prohibición expresa. El mismo día 8 de junio, en El Telégrafo, se dio a conocer la respuesta de Seminario enviada el 19 de mayo: “(…) Su insinuación de tratar de organizar embajadas deportivas entre nuestras naciones es aceptada de hecho por la federación de mi presidencia y, en mi afán de llegar lo más pronto posible a una solución vivamente deseada tanto por los deportistas chilenos como ecuatorianos, le doy, en carta aparte, todos los detalles sobre nuestra organización interna, así como de mis gestiones para abrir relaciones con las federaciones internacionales”. Hemos resaltado las últimas palabras de la misiva de Seminario al dirigente chileno Serafín Guerra para demostrar que para los primeros meses de 1924 las gestiones para la internacionalización del deporte ya estaban en marcha.

¿Cuáles fueron los pasos dados por Seminario para lograr las tan ansiadas relaciones internacionales? 25 años después, en una carta que publicó el diario porteño La Nación el 15 de diciembre de 1950, nuestro personaje narró cómo pudo hacer realidad este propósito: “Uno de los dirigentes deportivos de más renombre mundial, el señor Frantz Reichel, presidente de la Federación Internacional de Hockey sobre Césped y secretario del Comité Olímpico Internacional, había sido condiscípulo mío en un colegio europeo. Me dirigí a él pidiéndole consejo e indicaciones, explicándole detalladamente las condiciones de nuestro país en cuanto a geografía, topografía, mentalidad, costumbres, posibilidades económicas (…). Reichel estudió nuestro caso no solamente con un profundo conocimiento, sino también con buena voluntad en servirnos, que debo atribuir, sin pretensión alguna, al deseo de serle útil a un antiguo compañero de aulas (….)”.

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En otra parte de su carta, Seminario cuenta: “Antes de la fundación de la Federación Deportiva Nacional del Ecuador, y debido exclusivamente a las influencias de Frantz Reichel, se obtuvo la afiliación de la Federación Deportiva Guayaquil a la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) con fecha 10 de enero de 1925. Dicha FIFA, según sus estatutos, puede solamente reconocer a una entidad u organización por país, pero aceptó a la Federación Deportiva Guayaquil como afiliada, considerando que era entonces la única colectividad legalmente organizada y calificada para la representación nacional. Al fundarse la Federación Deportiva Nacional de Ecuador, la Federación Deportiva del Guayas cedió voluntariamente sus derechos a la entidad nacional en beneficio de todos los deportistas del país, de modo que la afiliación oficial de la Federación Deportiva Nacional a la FIFA se efectuó el 4 de junio de 1926″. La afiliación a la entidad matriz del fútbol mundial permitió la llegada, en octubre de 1926, del primer club oficial: el Gimnástico Arturo Prat, campeón de Valparaíso, Chile.

Este columnista hizo gestiones ante la FIFA para recabar información veraz sobre la afiliación de Ecuador. Mediante correo electrónico un funcionario de ese organismo nos comunicó: “La admisión provisional de la Federación Deportiva Nacional del Ecuador fue anunciada en el congreso de la FIFA efectuado en mayo de 1925 en Praga. La confirmación de la Federación Deportiva Nacional del Ecuador como miembro pleno de la FIFA fue comunicada en el congreso de la FIFA realizado en mayo de 1926 en Roma”.

Página del Handbook de la FIFA 1932-1933 con los detalles de la afiliación de Ecuador. Foto: Foto: archivo de Ricardo Vasconcellos R.

Esta es la verdad histórica. La Federación Deportiva Guayaquil fue admitida provisionalmente el 10 de enero de 1925, decisión que fue ratificada en mayo de ese año en el congreso celebrado en Praga, días antes del I Congreso Deportivo Nacional, en el que se fundó la Federación Deportiva Nacional del Ecuador. Como delegado de Guayas a ese congreso, Seminario, presidente de la Federación Deportiva del Guayas, comunicó oficialmente que Fedeguayas entregaba esos derechos a la nueva entidad nacional, que fue registrada oficialmente en la FIFA el 4 de junio de 1926.

Se cumplieron 100 años de este histórico suceso, lo cual ha sido motivo de fastuosas celebraciones en otros países. En el nuestro, la Federación Ecuatoriana de Fútbol y los organismos de este deporte han preferido silenciarlo, ya sea por prejuicios o por ignorancia. (O)