Sin bajarse del caballo, Aleksander Ceferin desafió: “Empezarán una fantástica Superliga con dos equipos”. La UEFA acababa de sufrir la mayor derrota en sus casi setenta años de historia, pero el esloveno seguía como Napoleón en el frente ruso, altivo, oteando el horizonte desde el promontorio. Abajo, los miles de muertos propios.