Algo extraño debe haber ocurrido en los procesos mentales durante el desarrollo de las generaciones. La mía heredó de sus antecesores el culto por la educación, la ilustración y la memoria, tres aspectos del desarrollo vital hoy en total desuso. Los muchachos porteños leíamos libros, revistas y diarios; mi padre compraba revistas de variedades y deportivas. Así pude revisar colecciones de Selecciones, Bohemia, O’Cruzeiro, Rico Tipo, Life en español, El Gráfico, y las infaltables publicaciones infantiles Peneca, Pif Paf y muchas otras.