Convencidos como estaban de que eran más avispados que nadie, los mismos que enviaron a una marchista de Ecuador a competir con zapatos con hueco al Mundial de Atletismo de Kenia pretendieron, en el 2019, vernos la cara de bobos a todos. Se trató de un intento de engaño masivo que no tenía la más mínima opción de prosperar. Un disparate demagógico que fue motivo de burla en el planeta.