La portada de ayer del diario Sport, de Barcelona, la ocupa un individuo sin camiseta azulgrana, de saco y corbata. No está marcando un gol, nunca jugó al fútbol, sí algo de básquet, aunque no en el Barça sino en la contra, el Espanyol. Ese hombre, responsable del área de baloncesto del club de Kubala, Cruyff y Messi, terminó, por esos absurdos que a veces suceden, en el sillón presidencial del FC Barcelona, un transatlántico deportivo. Y, dicho por consenso unánime de los hinchas, configuró la peor gestión al frente de la institución en 122 años de historia. Quizás la peor que este deporte recuerde. Es Josep María Bartomeu. Batió el triste récord de Martí Carreto, quien en 1953, teniendo contratado a Di Stéfano, lo dejó escapar para que fichara por el Real Madrid. Ya sabemos la catástrofe futbolística que ello significó.