A nuestro país, en la historia de los campeonatos sudamericanos (denominados Copa América desde 1975) le ha correspondido ser sede tres veces, la primera en 1947. Para ese entones, la Confederación Sudamericana de Fútbol se llenó de dudas porque detectó que la única ciudad donde se podía hacer el torneo era Guayaquil, y esta tenía deficiencia hotelera y transporte público inadecuado. La propia Federación Deportiva Nacional del Ecuador (Fedenador) consideraba que podía fracasar la organización.