Quiero disfrutar de un partido de fútbol cómodamente instalado en la sala de mi casa sin que el comentarista de la TV me arruine el pastel dándome un curso de táctica. Que no me hable demasiado de basculaciones, zona dos, zona tres, doblajes, segunda jugada, líneas de pase, transiciones y demás neologismos futboleros que satisfacen más a quien los pronuncia que a quien los escucha. Prefiero conocer su opinión acerca de si Boca ganó bien, si fue penal o no (yo también lo vi, pero me agrada escuchar el parecer de quien está en la transmisión). También me complace ver un programa de análisis donde los cuatro o cinco panelistas expongan ideas sencillas y contrapuestas que me enriquezcan. Y que me den un pantallazo general de cómo han visto el juego y los equipos. No que griten todos encimándose y me abrumen con palabras y teorías sofisticadas.