En marzo de 1976, de vuelta del Sudamericano de Natación en Punta del Este, Uruguay, hicimos escala de un par de días en Buenos Aires y lo primero que hice fue buscar una librería que me había recomendado ese incansable lector que fue Mauro Velásquez Villacís. Gastón Thoret, León Febres-Cordero y Roberto Frydson se incorporaron a la expedición en busca de libros de natación. Yo rastreaba de todo en una ciudad de gran volumen editorial. Había miles de obras de todas las materias, pero fuimos a la sección Deportes y encontramos tal cantidad de libros que hubiéramos tenido que comprar nuevas maletas para llevarnos lo que nos entusiasmaba. A mí, de primera me atrajeron dos títulos: Siento ruido de pelota, del inmenso Diego Lucero, y una novedad inquietante por el título: Burguesía y gangsterismo en el deporte, escrito por alguien a quien admiraba, como lector de la revista El Gráfico desde mi niñez: Dante Panzeri.