Lo escribimos hace poco más de dos meses, cuando el Atlético de Madrid goleó 7-3 al Real Madrid en un partido de pretemporada. “Pero es un amistoso”, intentaron minimizar algunas voces. Recibir siete goles nunca es amistoso. Duele, hiere, deja cicatriz. Más tratándose del Real Madrid y ante el enconado rival de toda la vida. Algo similar acontece con este choque de ensayo entre Argentina y Ecuador en Elche.