Mario Canessa: La selección del ‘Bolillo’, por el camino viejo y sin retorno

Luego de la eliminación de la Selección en la Copa América de Brasil, la prensa ha analizado las razones de fondo que nos llevaron a un nuevo fracaso y que dejó a la Tricolor marginada de los cuartos de final, castigo compartido por Ecuador y Bolivia. Los otros dos eliminados son Japón –equipo joven que se prepara para los JJ.OO. de Tokio 2020– y Catar, invitada por la Conmebol para confraternizar, algo que hoy necesitan los asiáticos ante las investigaciones por sobornos para lograr la sede del Mundial 2022.Desde la muy cuestionada convocatoria Ecuador viajó sin muchas aspiraciones, situación que se justificó cuando Uruguay nos goleó. Luego vino la pérdida con Chile y aunque el sistema daba la oportunidad de clasificar a cuartos si se vencía a Japón, el Bolillo Gómez, inspirado, declaró: “La Selección usualmente es el reflejo del país. Hoy por hoy hay negatividad por muchas cosas, no solo por el fútbol. Ecuador no tiene nivel para disputar la Eliminatoria, pero sí para ganar a Japón”. Y bajo ese criterio no entiendo cómo Venezuela está entre los ocho mejores equipos si todos conocemos que esa sociedad sufre de muchas tribulaciones políticas.La verdad había poca expectativa de clasificar y no porque los jovencitos nipones metieran tanto temor por su rendimiento ante Uruguay. Eran otras las razones por las que la ilusión del aficionado se fue apagando. Estaban aburridos de tanta verborrea del Bolillo , quien denostó a sus opositores o a quien le criticara la falta de estructura futbolística de la Selección en la cancha o la necedad de usar a jugadores que habían exhibido bajo nivel técnico.El partido con Japón se empató y nos dejó últimos del Grupo C, pero no puedo dejar pasar mi inquietud: ¿Por qué a la Selección le faltó la ambición que exigía el juego con Japón, que era al todo o nada? Hay detalles de ese encuentro que nos hacen identificar la falta de compromiso por lograr el pase a cuartos de final. Por ejemplo, cómo se pudo mantener tanto tiempo a jugadores que solo cumplían función defensiva, o por qué se demoró tanto en incluir a un organizador de juego como Andrés Chicaiza. Por qué excluyó a Ángel Mena en la parte final del duelo e incluyó a Antonio Valencia cuando su estado de fútbol era deficitario.Y qué se puede pensar si cuando necesitábamos un gol más, y era lógico ingresar a un especialista en anotarlos, no se lo tomó en cuenta a Carlos Garcés. Y por último, cuando el partido finalizaba un tiro libre directo nos permitía soñar en el milagro, y cuando todos pensábamos que el tiro al arco era lo adecuado, Enner Valencia hizo una doble e intrascendente jugada. Ahí se acabó la esperanza.Esa falta de ambición por ganar nos hace suponer que de la Copa América el Bolillo Gómez estaba hastiado, no quería saber nada, era preferible terminar último del grupo que exponerse a una posible humillación ante el poderoso Brasil.Lo que sí hay que reconocer es que Gómez debe estar golpeado anímicamente, porque no sabe cómo se esfumó toda la popularidad que él creía disfrutar. No entiende por qué sus bromas ya no causan la hilaridad de antes o por qué su bailecito ya no contagia. Creo que él piensa que 20 años no son nada y que se puede convencer con el mismo verso o ganar con los mismos esquemas que tal vez fueron útiles en los lejanos días de la clasificación al Mundial de Japón-Corea del Sur 2002, pero que hoy son caducos.Pero el grupo de colombianos del cuerpo técnico y sus asesores conocen que la aceptación del Bolillo en nuestro país es muy baja, que no respira un buen ambiente para desarrollar su trabajo, pero también ellos están al tanto de que su futuro está superprotegido, con unas cláusulas millonarias para quien se atreva a despedirlo. Es por ello que compareció a la rueda de prensa luego de la eliminación y con tono desafiante dijo: “No soy de regalar mi trabajo. Si me quieren echar, échenme”. Esa frase fuerte debió guardarla para cuando deba presentar su informe al directorio de la FEF. Con tales antecedentes, la dirigencia deberá actuar con la prudencia financiera que obliga el caso. Estamos conscientes de que la actual directiva no tiene responsabilidad todavía sobre lo actuado por el Bolillo y que el aficionado confía en la experiencia no solo en fútbol, sino también empresarial del actual presidente de la Federación, Francisco Egas –como la de Michell Deller y algunos otros dirigentes–. Ellos sabrán evaluar fríamente qué puede ser más costoso: la liquidación al momento del Bolillo o su continuidad frente a la Selección. Las cartas están echadas sobre la mesa y el entrenador colombiano esperará con mucha paciencia cuál será la decisión.Hernán Gómez cumplió su ciclo en nuestro país. Su desgaste ha sido vertiginoso, sus métodos no surtieron efecto ni como motivador ni como estratega de la Selección. Lo menos costoso será siempre un buen arreglo y en el momento oportuno, recomiendan los abogados antes de iniciar un juicio.Si el nuevo técnico debe ser europeo, dependerá del criterio de la directiva y del tamaño de la billetera, pero cualquier esfuerzo que permita un adiestrador de la talla o cercana a la que eligió Colombia al contratar a Carlos Queiroz será siempre la mejor inversión a largo plazo. Eso el tiempo lo dirá, porque la decisión de seguir ‘bicicleteando’ con los mismos nombres nos ha salido onerosa.Es el momento de reflexionar acerca de que tenemos muchos jugadores en formación y otros con la edad suficiente para representarnos, lo que falta es un gran administrador de esos recursos. Que el fútbol permite revanchas, es verdad. Lo que fue una jornada triste en poco tiempo puede convertirse en una hermosa faena de gloria, también es posible, pero no es el destino el que da o quita todo aquello. La realidad es que en el deporte el esfuerzo organizado siempre traerá frutos.Hace poco celebramos la hazaña de Richard Carapaz en el Giro de Italia y conocimos que su éxito tuvo que ver con una organización corporativa y el esfuerzo personal, que es lo que el fútbol ecuatoriano debe mostrar. Que tengan presente que esos caminos viejos que transitó el Bolillo Gómez en Brasil 2019 no tienen retorno ni para recoger los pasos, y que para no repetir ese error es recomendable utilizar una mejor ruta. (O)

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