Después de la derrota con Uruguay aprendimos que Ecuador tiene un nivel bajísimo a nivel continental, que esta participación en la Copa América es la crónica de un fracaso anunciado, que los dichos absurdos de Hernán Darío Gómez tienen correlación con lo que juega la Selección, porque lo que dice lo hace. Sus declaraciones son vergonzosas, hechas por un desubicado que tiene incontinencia verbal. Hernán Darío Gómez es un hombre arrogante porque no puede aceptar que lo pasearon. La goleada tiene que ver mucho con la convocatoria, con alinear a defensas que no están en vigencia futbolística y en una flojar en tocar a Antonio Valencia, porque parece que él es el ordenador absoluto de la Tricolor y es intocable.