Ya son pocas las voces disonantes que pretenden –o pretendieron– desconocer al Clásico del Astillero como la máxima fiesta del fútbol nacional. Los partidos de esta naturaleza nacen del fondo de la historia; son parte del acervo costumbrista que llevan en sí una honda raíz sociológica como está demostrado en el libro Los Forjadores de la Idolatría, de nuestra autoría. Su historia lleva incorporada una tonelada de anécdotas que están selladas en el alma popular.