No lo he visto aún, pero dos autorizadas voces del milagreñismo auténtico, Julio Viteri y Dagoberto Rodríguez, me lo acaban de confirmar: el legendario Honorato Mariscal Gonzabay acaba de regresar a Milagro. Por diez años nadie sabía de él. Lo busqué incansablemente en Nueva Jersey, donde vive su familia, pero los teléfonos no contestaban, sus amigos no sabían nada y lo único que existía eran truculentas versiones sobre diversas enfermedades que lo tenían cerca del sepulcro.