“Passarella era el típico asesino argentino. En un partido contra el Inter yo había hecho un gol y tirado un remate al palo. Entró él por Bergomi o Riccardo Ferri para marcarme. En un salto me dio un codazo brutal en toda la cara y cuando caí me gritó: ‘Bienvenido a la Serie A’. Hace poco nos encontramos, lo recordamos y nos reíamos”. ‘Eras muy grande, tenía que hacer algo’, me dijo”.