En la inédita final de Copa Libertadores disputada el domingo en Madrid, Marcelo Gallardo se encargó de convertirse en una verdugo para Boca Juniors, ya que bajo su mando River Plate ya había eliminado dos veces a los 'xeneizes' en copas internacionales (Sudamericana 2014 y Libertadores 2015), y además este año sumó la final de la Supercopa Argentina (2-0), antes de la histórica definición en Madrid.