Carlos Villacís, los miembros de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y los abogados de esa entidad, con la presunta asesoría de Paco Casal, tienen sumido al balompié nacional en un verdadero desbarajuste que afecta la seriedad de este deporte, la economía de los clubes; perjudica a millones de seguidores del torneo y hunde cada día más al fútbol nacional en el albañal en que lo dejó sumergido el nefasto desgobierno de Luis Chiriboga Acosta (a quien acompañó Villacís por 18 años sin que jamás se le escuchara una frase de oposición), hoy sentenciado a diez años de cárcel, aunque disfruta de arresto domiciliario (¿hasta cuándo?).