Por Sergio Pérez
.- Una vez más quedó demostrado que Diva Nicotina es más que un sitio nocturno de música en vivo. No solamente permite a los músicos difundir sus propias composiciones, esto es música inédita, sino que nos ofrece el único jazz-club de Guayaquil. No hay otro en la ciudad.

Y así se reunieron a medianoche el Kuki Ortega, en guitarra, con Ítalo Coello, líder absoluto en piano, lojanos graduados de la Escuela de Música de Buenos Aires y ganadores de los premios Fondo Fonográfico 2012 del Ministerio de Cultura de Ecuador.

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Así como el jazz es cada vez más ecléctico, estos músicos virtuosos se juntaron con Jorge Triana, famoso guitarrista y bajista cubano; Maikel García, gran instrumentista en saxo alto de Cuba; y finalmente, el sorprendente Pablo Valarezo, de Loja, en batería.

El quinteto arrancó el primer set a la medianoche con un público más escogido que numeroso. Ramón Barranco, gerente del Teatro Sánchez Aguilar, y Víctor Carrillo, contrabajista cubano de la Orquesta Filarmónica de Guayaquil escuchaban, ambos enchufados, así como la encantadora Paola Cabezas ejercía relaciones públicas en todas las dependencias de Diva Nicotina.

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Iniciaron tocando un jazz latino, una samba muy suave y soñadora, con Maikel soleando de entrada en saxo alto así como Ítalo Coello, compositor de la pieza, en piano.

Alternando en formato de jazz pasaron al Piso 13, composición del Kuki que, naturalmente, incluía un extenso desarrollo en guitarra al comienzo flotante, luego cada vez más intenso con Ítalo en el piano y una intervención espectacular en saxo alto, cada vez más protagónico. A ratos sonaba más y más a free jazz.

Y se fueron a un chachachá de Jorge Triana quien, echando mano de esta vieja forma popular de su natal Cuba, estructuró un latin jazz combinando su gran digitación en guitarra, el Kuki tocando el bajo eléctrico. Todo aderezado, claro, de un saxo caleidoscópico. Y así llegaron al famoso estándar de Dizzy Gillespie, A night in Tunisia, versión latin jazz, y de largo la más breve, turnándose los músicos para solear en forma experta con un piano que empezó a mostrarse claramente dominante, de gran personalidad musical.

Blue bossa, otro estándar empezó como Laid back mood music muy suave y melódica con el Kuki desarrollando espectacular en guitarra para alcanzar gran intensidad en piano y el único solo de Triana en un bajo de sonido profundo que ratificó su fama.

Los cambios y combinaciones de piano y batería estuvieron entre lo mejor de la noche y el saxo acabó vibrando. ¡Qué show!

Melo mobile, composición original de Ítalo Coello, mostró al Kuki tocando flauta en este albazo-jazz que no funcionó. Servilio chachachá, de Jorge Triana, al final del set fue lo mejor de la noche con el piano de Ítalo en su mejor momento, realmente impresionante la actuación de este gran pianista de jazz. Pero lo más sorprendente fue Pablo Valarezo mostrando su espectacular y original sentido del ritmo tocando batería para dejar boquiabierto a este cronista. ¡Jazz auténtico nacional!.