QUITO
.- “En ocho días llegamos a la primera meta, una estrella más al valor del combatiente revolucionario. Serán tres años de injusta prisión, tres años de firmeza, tres años de lucha en el cementerio de los vivos, viviendo con verdadera libertad”.
La frase se leía el viernes pasado en una cuenta de la red social Facebook, que dice ser del dirigente universitario Marcelo Rivera, y a la que se accede desde el enlace http://www.libertadmarcelo.wordpress.com/.
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La oración hace referencia al próximo 8 de diciembre, día en que se cumplen tres años de su encarcelamiento bajo la acusación de agresión terrorista, luego de que él y otros integrantes de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEUE) y estudiantes secundarios ingresaran, en el 2009, violentamente a una reunión del Consejo Universitario de la Universidad Central de Quito, provocando destrozos en la infraestructura y fuertes golpes al rector Édgar Samaniego.
En teoría, el próximo sábado Rivera debería recuperar su libertad. Pero eso no sucederá porque sobre él pesa otra sentencia de un año de prisión, emitida el 12 de abril del 2012, esta por las lesiones provocadas al exdiputado del Prian, Oswaldo Flores.
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Ese caso se remonta al 8 de marzo del 2007, cuando un grupo de manifestantes y militantes del Movimiento Popular Democrático (MPD), encabezados por Rivera, golpearon al excongresista, quien formaba parte de los legisladores que buscaban frenar la convocatoria a la Asamblea Constituyente, que impulsó el régimen.
Aquellas movilizaciones, en esa época, le valieron a Rivera y a sus coidearios el calificativo de “patriotas” y “valientes” por parte del presidente de la República, Rafael Correa, quien luego cambió su postura para tacharlo de “garrotero”, cuando se hizo crítico de las políticas gubernamentales.
Marco Cadena, abogado del dirigente universitario, reconoce que es prácticamente imposible que Rivera salga libre este sábado, pero cree que si el Ministerio de Justicia actúa correctamente, antes de Navidad debería dejar la cárcel de Sucumbíos, en donde permanece recluido desde el 11 de marzo del 2011.
“Marcelo ha cumplido más del 50% de esta nueva condena, ha sido un recluso ejemplar. Ahora incluso da asistencia a dos reclusos enfermos de sida, por lo tanto puede acogerse a la libertad controlada”, comenta su defensor.
También se encuentra en la mitad de la carrera de Derecho, que la sigue a distancia en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) y ha dado cursos de computación y alfabetizado a algunos reclusos.
Sin embargo, el abogado también reconoce que todo depende de la decisión de la Comisión Técnica para la Reducción de Penas, adscrita a la cartera de Justicia, que ya negó la rebaja en la sentencia de tres años por la agresión a Samaniego, bajo el argumento de que se trataba de una condena por terrorismo.
“Ahora estamos hablando de un caso de lesiones, ya no es terrorismo, esperemos que actúen con coherencia”, señala Cadena.
También lo espera la madre de Rivera, Norma Toro. Asegura que ya tienen todos los papeles listos para pedir la prelibertad de su hijo.
Ella viaja cada quince días hasta Lago Agrio para visitarlo. “Salgo los viernes en la noche y llego a la cárcel a las cinco de la mañana del sábado. Sin embargo, cada vez es más difícil entrar a las visitas porque la prisión ya tiene 700 detenidos”.
Y cuenta que pese a las adversidades, su hijo, quien antes fuera aliado del Gobierno, “se encuentra bien de ánimo y más firme en sus convicciones, no ha decaído”.