Quien viera a Droopy no podría imaginar que se trata de un perro con una fuerza increíble y capaz de guardar emociones. De baja estatura y con una cara que mantiene la mayor parte del tiempo una expresión monótona, el can es capaz de darle una gran paliza a los villanos que se le enfrenten y que se burlen de él. Y por un extraño motivo, puede aparecer en cualquier lugar al que el malvado huya. Droopy es poderoso.
El personaje nació en 1943 bajo el contradictorio nombre de Happy Hound (Perro feliz), teniendo en cuenta de que se trataba de un perro que hablaba monótonamente y parecía estar en un estado de letargo continuo. Su primera actuación la hizo en el corto Dumb-Hounded, de la Metro-Goldwyn-Mayer. Fue desde 1949 cuando su nombre cambió a Droopy.
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En la década del setenta tuvo su propia serie animada y luego apareció en otras producciones, en las que, incluso, tiene un hijo, Dripple. Droopy sigue presente y le dice a su público: “Hola, gente feliz”.