En el universo mágico de Harry Potter, creado por la autora británica J.K. Rowling, aparece Crookshanks, la mascota de Hermione Granger. Este gatito, con cara aplastada y con una cola peluda en forma de cepillo redondo, es más astuto que cualquiera de su especie, porque es mitad kneazle (raza ficticia de felino).
Crookshanks fue el primero que detectó al villano Peter Pettigrew, quien debido a su poder de animago (podía adoptar una forma animal) se escondía bajo el aspecto de una rata. Como todo felino, tenía instinto cazador e iba tras de los gnomos en el jardín de los Weasley.
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Rowling no es amante de los gatos, ha dicho, pero para crear a Crookshanks se inspiró en un felino de similares características que solía ver cerca a su trabajo en los años ochenta. Basta regresar a las páginas de los libros de Potter para que este gato arañe nuestra imaginación.