Sergio Román Armendáriz ha vuelto por su tradicional costumbre de darle vida poética a las cosas de la vida. Y una nueva obra suya, bajo esta perspectiva, fue presentada el pasado viernes, en la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión.
Su nuevo trabajo es una mezcla de antología y poemas nuevos. Pero todo dentro de esa manera única de decirle al público cómo se transmiten los sentimientos a través de las frases, según confiesa Román.
Publicidad
La presentación de su libro, denominado Riobamba, arte poética, será parte de un trío que está conformado, además, por Belén Obregón, con su obra Mundo de artificio, y María Fernanda Vinueza, con Vientre de Giai. Ambas son escritoras riobambeñas.
Román, nacido en Riobamba, en 1934, y residente en Guayaquil, formó parte del recordado Club Siete, que trabajó por los años cincuenta y publicó varias libros.
Publicidad
Además, Román fue uno de los galardonados en el primer concurso de poesía Ismael Pérez Pazmiño por Diario EL UNIVERSO, con un poemario denominado Cuaderno de canciones.
“Nunca fui un ‘agricultor” constante en la poesía, dice Román, al explicar que su vida estaba dedicada también al teatro y la actividad política.
En el teatro ha destacado con dos obras que han dejado huellas: Función para butacas y Un extraño en la niebla, trabajos que fueron exhibidos en Ecuador, Colombia y Costa Rica.
El nombre de su libro tiene que ver con un homenaje que rinde a su ciudad natal. “El libro comienza con un poema en prosa que ahora se llama prosema. Y digo: ‘Riobamba tan cerca de mi, pero tan lejos, porque siempre he estado lejos de esta ciudad’”, manifiesta y confiesa que su familia ha sido como gitana, por lo que recuerda a su madre siempre haciendo maletas: abriéndolas o cerrándolas, ya que viajaban mucho dentro del país en cumplimiento del negocio de vender mercadería.
Sobre su obra, el escritor Jaime Galarza, afirma que “tienen sus versos mucho de patria lejana, de desarraigo, de la nostalgia del desterrado, particularmente cuando rememora la figura y el amor de sus viejos...”.