María Fernanda Espinosa, ministra coordinadora de Patrimonio Cultural, es partidaria de que la ciudadanía genere un documento alternativo al registro histórico que reinterprete las responsabilidades por la muerte del expresidente y líder de la Revolución Liberal, Eloy Alfaro. Admite que la revolución ciudadana, como la liberal, no logró sus metas de transformación del agro y sostiene también que este es un país en el que está vigente el derecho a expresarse, pero ubica como los mayores derechos a los del trabajo, identidad y dignidad.

Usted anunció la recolección de firmas para cambiar el acta donde se dice que Eloy Alfaro fue asesinado por el pueblo. Según sus declaraciones, fue asesinado por las oligarquías, las élites. ¿Se busca alterar un documento cuyo contenido, con intenciones políticas o no, es el de un documento histórico?

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Como investigadora y académica, jamás pretendería borrar con tinta blanca y cambiar el texto de un documento histórico que nos preexiste. Ha habido una solicitud ciudadana diciendo que en este documento se deja mal parado al pueblo. También sabemos que se abrió un juicio para quienes fueron cómplices y encubridores del asesinato de Alfaro. Esas personas nunca fueron juzgadas ni sancionadas y me parece que debería estar en las propias manos ciudadanas un proceso que permita generar un documento alternativo, más contemporáneo, que reinterprete esos hechos lamentables.

¿Quiénes integran ese movimiento llamado ciudadano?
Se han acercado, reiteradamente, colectivos de actores, pintores, escultores, historiadores. También hemos tenido contacto con los familiares de Alfaro que están en una cruzada de reivindicación de la memoria histórica de su antecesor. Nosotros solo coordinamos con esos colectivos y con 15 instituciones del Gobierno.

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¿Se está priorizando la promoción de la figura de Alfaro como caudillo, en lugar de lo que significó la movilización popular para la Revolución Liberal?
La historia difícilmente avanza si no es con hombres y mujeres visionarios, con liderazgo, cuya manera de pensar trasciende a lo inmediato. Alfaro tuvo una estatura internacional. Sería imposible disminuir su peso histórico como pensador y político. Por eso hemos dicho que la revolución ciudadana es una revolución alfarista.

¿Por qué se consideran herederos de la Revolución Liberal, cuando ha habido otros personajes en la historia, como Abdón Calderón Muñoz –asesinado– que reivindicaron a Alfaro?
...Nosotros hemos puesto al ser humano por sobre el capital. Un proceso político que ha vencido en 8 procesos electorales, un presidente con el mayor apoyo popular del continente tiene que tener alguna explicación: hemos trabajado por el interés común y la recuperación de la condición humana por sobre todo.

Alberto Acosta, que estuvo desde el inicio de la formación del movimiento PAIS, señala grandes distancias entre la Revolución Liberal y la ciudadana. Dice que el modelo económico sigue basado en el extractivismo...
Dos elementos caracterizan al modelo capitalista. Primero, la acumulación por sobre cualquier otro interés. Pero no tendríamos una iniciativa como la del Yasuní ITT si estuviéramos pensando solo en la acumulación. Segundo, la búsqueda de rentabilidad en todas las actividades por encima del bien de la sociedad. Eso tiene varias expresiones contrarias en nuestro gobierno, como la dignificación de las condiciones laborales. Hemos dicho que ninguna actividad económica puede estar exenta de ética ambiental. Hemos reducido la pobreza extrema de manera vertiginosa y ha bajado el desempleo. El crecimiento económico es vigoroso con más del 8% y el mayor crecimiento no está en el sector extractivo, sino en el no petrolero.

Sectores como la banca, a la cual el presidente inicialmente cuestionó mucho, es ahora uno de los grandes beneficiarios del modelo. El año anterior terminó con utilidades de más del 50% respecto del 2010...
El tratamiento a la banca ha sido eficaz. No es que no debe existir banca privada. Se dijo a los banqueros que no pueden abusar de sus clientes y no puede ocurrir un feriado bancario, ni préstamos vinculados.

Alfaro era un defensor de las libertades y este gobierno enjuicia a líderes sociales, aprueba reformas como el Código de la Democracia con prohibiciones para la campaña electoral que, si hubiesen existido cuando Correa fue candidato, no hubiera llegado a ser presidente...
Tenemos una Constitución garantista que pone los derechos colectivos y el bien común sobre cualquier cosa. La demostración más clara de que este es un país de derechos es la intensidad de los diálogos, la capacidad de los ciudadanos de disentir. En los noticiarios se ve que la gente se expresa libremente. Pero si se atenta contra la honra de una persona sin pruebas, ahí es el problema. Los quizás más democráticos son los derechos al trabajo, a la identidad, a la dignidad.

Parte de la problemática indígena se quedó en el discurso en la Revolución Liberal. ¿Qué ha hecho la revolución ciudadana?
La revolución alfarista trabajó en contra del concertaje y por la restitución a los indígenas de su derecho a la tierra. El trabajo en el sector indígena es gigantesco. Hace pocos días vimos gran inversión en vivienda, salud, educación. Donde se han reducido los índices de pobreza y pobreza extrema es en la población indígena. Desde este Ministerio se han dado recursos para emprendimientos interculturales de corte patrimonial en Sucumbíos, Esmeraldas y Chimborazo (por tener alto nivel de pobreza).

Pero en este gobierno la reforma agraria es uno de los grandes pendientes...
Por supuesto. Hace más o menos un año se ha logrado concretar varios procesos de redistribución de tierras a los campesinos en distintas provincias. Pero tenemos un retraso en la revolución agraria y el primero en reconocerlo ha sido el presidente. Hay una gran decisión del presidente, pero los mandos medios y los intereses hacen que el proceso demore más de la cuenta.

Alfaro era un hombre conciliador, trataba de tender puentes incluso con el Vaticano. ¿Eso no le falta al actual mandatario?
El arte de la política es en gran medida el arte del diálogo, de la construcción de puentes. Pero también de la claridad y de garantizar que estamos operando por el bien común. Y cuando se están haciendo cambios tiene que haber una oposición. Pero es poco constructiva. Por otro lado, los días lunes el presidente almuerza con colectivos ciudadanos, a veces, críticos.

La exposición del presidente lo pone más en la palestra pública y es él quien muchas veces toma una actitud confrontativa con algunos sectores...
El presidente tiene una frase que hay que recuperar: “Por el diálogo, todo; por la fuerza, nada”, y lo ha practicado con quienes quisieron dialogar. Si por ahí hay un tirapiedras y suspende la movilidad cerrando carreteras, eso no es diálogo y se generan problemas. El presidente es una persona con fuerte liderazgo y posiciones claras, porque si no se cambia un país, pero a la vez con gran capacidad de diálogo.

El Gobierno ha convertido a los medios en un actor político ‘de oposición’ y busca en lo escrito en aquella época (de Alfaro) evidencias de lo que el presidente llama prensa corrupta. ¿Eso es tender puentes?
Han sido los propios medios quienes se han autoubicado como actores políticos. No me gusta generalizar porque hay medios de todo, pero me parece que ha habido, históricamente, una tendencia de los medios a convertirse en actores políticos y esto ha surgido por la vinculación, que es lo que se logró sanear en los bancos y que ahora ojalá se logre sanear con una Ley de Comunicación adecuada. Este país ha sido de tremendas inequidades... La idea es que los medios de comunicación tengan una función social y no respondan a intereses políticos y económicos de nadie.

Por su análisis parecería que todas las épocas fueran iguales y no tuvieran sus contextos políticos, económicos y sociales...
Estamos en un escenario distinto. Ahora los medios se cuidan en lo que dicen. Sabemos cuáles son las familias vinculadas, quién es dueño de un canal o de frecuencias de radio. Ha habido un proceso de redistribución de las frecuencias de radio. Existen medios públicos.

Perfil: Ma. Fernanda Espinosa
EDAD:
47 años

ESTUDIOS:
PhD en Geografía Ambiental de la Universidad de Rutgers, New Jersey, EE.UU.
Masterado en Ciencias Sociales y Estudios Amazónicos.
Posgrado en Antropología y Ciencias Políticas, en Flacso, Quito.
Licenciatura en Lingüística Aplicada de la Universidad Católica del Ecuador.

EXPERIENCIA:
Embajadora del Ecuador ante las Naciones Unidas, 2008.
Ministra de Relaciones Exteriores, 2007.
Asesora Especial del presidente de la Asamblea Constituyente en Ecuador, Alberto Acosta, 2008.