Los padres queremos que nuestros hijos se comporten correctamente y que lleguen a ser buenas personas. Para lograrlo debemos desde pequeños inculcarles valores positivos.
Para que el niño sea un buen ciudadano dependerá no solo de su propio carácter, sino de lo que aprendan en el seno familiar. Si el niño crece en un ambiente en el que se sienta querido, respetado y protegido aprenderá valores éticos adecuados.
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El psicólogo Carlos Mendoza dijo que el menor aprende con el ejemplo, “los niños lo absorben todo, por eso es de gran importancia el papel de los padres en la correcta educación. Todos los valores deben surgir del seno familiar. Los niños no nacen con virtudes peyorativas, sino que somos primero los padres y luego el entorno quienes se los mostramos”.
Si quieres que tu hijo sepa de respeto, bondad, colaboración, tolerancia, etc., debemos tener una buena comunicación con el menor de edad. “Se debe dialogar mucho con ellos, razonando y explicándoles. No hay que suponer que los niños saben las cosas, el padre debe enseñarle con ejemplos prácticos, con situaciones del día a día, con libros, cuentos, etcétera”.
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Respeto
Si tu hijo es de los que pierden el control y acaban con gritos, palabrotas y patadas, es bueno enseñarle a respirar profundamente y contar hasta diez para relajarse. “Hay que enseñarles a pensar antes de actuar imaginando las posibles consecuencias. Deben aprender a discrepar respetuosamente, mediante el uso de la palabra y siendo correctos”.
Bondad
Para que los niños sean bondadosos deben saber que las palabras y las acciones crueles son ofensivas y hieren a las personas. Deben aprender que este tipo de acciones tienen consecuencias.
Sinceridad
Es uno de los valores que consideramos más importantes. La sinceridad es la base de la confianza. Debemos enseñar a los hijos que no hay que mentir, pues haciéndolo se contrae consecuencias desagradables como la falta de confianza, enemistad y enfados.
Colaboración
Todos los niños pequeños pasan la etapa de querer ayudar en casa y aunque su ayuda resulte el doble de trabajo para nosotros, es importante permitirles que nos brinden su ayuda. De hecho deben tener la obligación de realizar tareas en casa (adaptadas a cada edad), aunque sean pocas y sencillas. Así aprenderán a colaborar, a realizar trabajos en equipo, a integrarse y a valorar los esfuerzos.