Luego de que monseñor Gonzalo López, integrante del grupo Carmelitas Descalzos, terminara en Quito su ayuno voluntario la tarde del jueves pasado, volvieron los incidentes la noche de ese día a Nueva Loja, en Sucumbíos, cuando un grupo de seguidores de los Diocesanos, congregación que asumió el Vicariato de esta provincia oriental, encontró cerradas las puertas de la iglesia Jesús Resucitado, ubicada al norte de esta ciudad.
Un supuesto seguidor de los Heraldos, congregación que no pudo asumir a fines del año pasado el Vicariato de Sucumbíos por oposición de simpatizantes de los Carmelitas, encargado de las llaves para ingresar al templo, les impidió el ingreso, ya que temía que los Diocesanos acompañados de miembros del grupo Isamis, afín a los Carmelitas, se tomaran la iglesia.
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Aunque Silvio Cumbicus, miembro de la congregación Isamis-Carmelita, dijo que “la intención no era tomarnos nada, solo queríamos entrar a orar, pero no nos abrieron; ellos (refiriéndose a los Heraldos) tenían las llaves”, mencionó.
Mientras, un grupo de seguidores de los Heraldos desconoció el acuerdo entre los dirigentes del movimiento Renovación Católica Carismática y el delegado del papa Benedicto XVI, Ángel Sánchez, lo que permitió que el exobispo de Sucumbíos, monseñor López, levantara un ayuno de 24 días.
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Incluso, algunos seguidores de los Heraldos retomaron la noche del jueves sus caminatas para pedir que prevaleciera la disposición del Vaticano, que ordenó que esta congregación reemplazara a los Carmelitas.