EFE-REDACCIÓN
.- Desde que se supo de su relación con Borges, a María Kodama siempre le ha rodeado la polémica y más cuando se hizo cargo de su legado. Actualmente, 25 años después de la muerte del autor de El Aleph, su viuda dice que este tiempo demuestra de qué lado está la verdad, "aunque no lo vea la gente que quiere medrar".

"Nunca fui polémica, siempre he sido muy celosa de mi intimidad. Nadie supo de nuestra relación hasta que él publicó el poema La Luna, dedicado a mí, y lo nuestro era muy anterior. Tras su muerte fue un calvario: toda la gente que salió diciendo barbaridades, amigos falsos (...) Y a mí solo me interesa que se estudie su obra y que lo conozcan las nuevas generaciones", dice Kodama.

La también presidenta de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges está en Madrid porque en el transcurso de toda esta semana la Casa de América rindió un homenaje al autor argentino, ícono de las letras hispanas, por los 25 años de su muerte, que se produjo el 14 de junio de 1986 en Ginebra. Las jornadas se han desarrollado con proyecciones, conferencias y coloquios.

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Relajada y de blanco impoluto, Kodama ha comentado que todavía no se ha puesto a escribir ese libro que anunció, como le recomendó su abogado, y con el que rendirá cuentas con todos los que le han hecho, según dice, la vida imposible en estos últimos 25 años.

Pero, sobre todo, habla de su amor por Borges, de su vigencia, de su legado, de su capacidad visionaria. "En Borges se da una combinación especial -subraya-. Tiene la misma profundidad y agudeza que tuvieron los trágicos griegos para diseccionar el alma humana, pero él tiene un añadido que se da en muy pocas personas, y es su capacidad para anticipar las cosas que van a suceder".

Y como ejemplo de la capacidad premonitoria del mítico escritor argentino, preocupado por el destino, la espiritualidad, los laberintos, el espejo, o el yo y el otro; su viuda recuerda que hace años la fundación que preside hizo un encuentro internacional con científicos que analizaron cómo los cuentos de Borges que fueron calificados de fantásticos en los años cuarenta, la ciencia los hizo realidad en los setenta.

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"Y lo mismo pasa con internet y la era digital -aclara-, Borges ya lo contó en El libro de arena. Es interesante ver cómo se proyectaba hacia el futuro, como lo hicieron H.G. Wells en La máquina del tiempo o (Leonardo) Da Vinci. Son personas que se adelantan a través de sus sueños y sus fantasías", precisa.

La viuda de Borges recomienda a los jóvenes que se interesen por su obra y sugiere que comiencen su lectura por Los conjurados y El libro de arena. "En estos libros, Borges tiene un estilo más despojado y quizá tenga un acceso más fácil para su lectura. Son todos cuentos lindos; lo que pasa es que a Borges se le ha atribuido siempre la fama de escritor oscuro y complicado, pero no era nada de eso. Además, hay cuentos que se pueden leer en distintos niveles, como El cautivo", añade.

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Entre mayo y junio del 2002, Kodama estuvo en Quito y Guayaquil para, en la primera ciudad, dictar una conferencia sobre Borges, mientras que en la segunda participó en la presentación del libro Rosita Campusano, la mujer de San Martín en Lima, de su amiga Silvia Puente.

Para entonces habían pasado 16 años de la muerte de Borges, sin embargo, para la mujer de ascendencia japonesa el escritor seguía vivo. "En mi interior no siento que ha partido. Para mí es inseparable", comentó en ese entonces Kodama.

Expresó a este Diario la felicidad que sentía cuando la gente le habla de Borges. "Es una forma lindísima de hacerme sentir que no murió. Es una cosa como mágica", indicó la mujer, en cuya adolescencia escribió poemas y cuentos que permanecen inéditos porque para ella, dijo, lo importante no era publicar, solo escribir. Sobre la personalidad de Borges, contó que él era un ser humano delicado y respetuoso.

Hija de padre japonés y madre argentina, Kodama estuvo cerca del escritor desde 1975 y lo acompañó en la última etapa de su vida. Y contrajeron matrimonio en 1986.

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Este martes, al recordarse los 25 años de la muerte del escritor, la viuda del autor de Ficciones inaugurará en Venecia un laberinto -a Borges le encantaban este tipo de estructuras- en la isla de San Georgio, un regalo que le hizo el arquitecto Randoll Coate a Kodama y que ella cedió a la Fundación Giorgio Cini de esa ciudad. "Borges amaba Venecia. Luego haremos otro laberinto en Mendoza, Argentina, y a final de año en Islandia", anota.

Datos
María Kodama conoció al escritor argentino cuando ella tenía 12 años. Comenzó a estudiar a su lado a los 16.

Lo acompañó en sus viajes, le leyó los libros que el literato amaba y se convirtió en su esposa en 1986, año en el que él murió. Él tenía entonces 86 años y ella 39.

Kodama es la heredera de Borges y quien más cerca estuvo de él en la última etapa de su vida, por eso es la invitada frecuente de los actos académicos en los que se estudia la vida y la obra del autor argentino.