AFP
LORCA, España.- España dio ayer su último adiós a las nueve víctimas mortales del sismo que el miércoles azotó la ciudad de Lorca, en Murcia, en un funeral presidido por los príncipes y el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
El heredero de la Corona española, Felipe de Borbón, y su esposa, Letizia, saludaron uno a uno a los familiares de las víctimas antes de la ceremonia, celebrada en el recinto ferial de la localidad por el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, con solo cuatro de los fallecidos de cuerpo presente.
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Entre ellos estaba Teresa Corbalán, de 65 años. Su primo Pedro José Rubio Corbalán, jubilado de 73 años, estaba jugando su habitual partida de dominó en un bar cuando el segundo sismo remeció la ciudad.
En su huida hacia la calle para ponerse a salvo, una parte de la cornisa del edificio se desplomó sobre él. Murió en el acto.
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Las familias de las otras cinco víctimas prefirieron despedir a sus allegados en ceremonias íntimas, alejadas de los focos y la notoriedad del funeral de Estado, aunque hubo representantes de todas ellas, junto a cientos de personas de la ciudad.
El gobierno español, que decretó dos días de luto por la tragedia, aprobó ayer una serie de medidas de ayuda a los afectados por el sismo y para la recuperación de la localidad.
"Vamos a hacer que Lorca recupere la normalidad cuanto antes y que los ciudadanos puedan tener una vivienda provisional aquellos que la han perdido, y en el medio plazo la reconstrucción y el compromiso con instituciones, edificios públicos y el patrimonio histórico de Lorca", dijo Zapatero tras visitar las zonas afectadas antes de la ceremonia fúnebre.