AP
ARLINGTON, Texas.- Comandados por el mariscal de campo Aaron Rodgers, Green Bay ganó 31-25 a los Steelers de Pittsburgh y conquistó su cuarto Super Bowl, el pasado domingo; pero al bajarse el telón, no hay garantía de una nueva final del fútbol americano el próximo otoño.
Una disputa laboral entre jugadores millonarios y dueños aún más ricos podría paralizar la liga profesional de Norteamérica. El contrato colectivo que le dio éxito a la NFL expira el 3 de marzo, y a menos que haya un acuerdo, los dueños amenazan con un paro patronal. Para un deporte, que goza de popularidad, autodestruirse por la falta de voluntad para resolver problemas financieros es "absurdo", dijo Leigh Steinberg, agente de jugadores.
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¿Quién quiere ser el que mate a la gallina de los huevos de oro? El espectáculo del domingo brindó otro ejemplo de por qué EE.UU. ama tanto este juego.
Gracias a los pases precisos de Rodgers, los Packers se adelantaron 21-3 desde el inicio del juego y al final ganaron 31-25 a los Steelers, la franquicia más exitosa de la NFL con seis trofeos Vince Lombardi, que regresó a Green Bay, desde 1997.
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Vince Lombardi vuelve a su casa en Green Bay, dijo el comisionado de la NFL Roger Goodell al entregar el trofeo, el cual lleva el nombre del legendario entrenador de los Packers.
¿Se verá esta celebración de nuevo el próximo año? Antes del juego, ambas partes dijeron que eso es lo que quieren. Pero no están de acuerdo en la manera de hacerlo.
Los dueños sostienen que es hora de darle más dinero a una liga que no ha tenido un nuevo proyecto de estadio en más de cinco años. También quieren una porción más grande ($ 9 mil millones) en ingresos que registra la NFL y ampliar la temporada regular con dos juegos, con lo que sumarían 18.
Los jugadores creen que los dos partidos extras aumentarán la posibilidad de lesiones y no quieren ceder ningún porcentaje de los ingresos, cuya gran parte proviene de la TV, que en conjunto pagan $ 4 mil millones por transmisión.