Los tímidos pero fuertes ladridos de un perro, cuya raza es pastor collie, son los únicos que rompen, por momentos, la quietud y el silencio que reina en el hogar del escritor cuencano Juan Valdano, ubicado en el valle de Tumbaco, en el nororiente de Quito. Ya en el interior de la vivienda se puede apreciar una deslumbrante biblioteca llena de toda clase de obras literarias que, según el autor, superan los 20.000 títulos. Ahora Valdano se alista para publicar su nuevo libro, titulado Los espejos de la noche, que antes de ver la luz ya obtuvo un galardón y en el que, como ha sido característico, reflexiona sobre la realidad ecuatoriana.
¿Cómo llegó a usted el llamado literario?
Creo que esos impulsos ya están en el inicio de la vida misma. Ese pensamiento lo reflejo en mi libro Los espejos de la noche, donde hablo de un niño que vivía solitario, que no tenía juguetes u otros niños con los que jugar. Un día ese niño descubre unos objetos hermosos en una vitrina: eran los libros y quiso tenerlos. Como no sabía leer, llamó a la empleada de la casa a que leyera por él y se enamoró de la literatura aun antes de saber leer.
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¿Ese niño puede ser Juan Valdano?
En parte sí. Quizás soy ese niño que no llegaba a los 6 años pero que ya se enamoró de los libros y las letras. Por ahí inconscientemente tomé ese camino.
¿Qué fue lo primero que escribió de forma consciente?
Fue en el colegio, donde con los compañeros organizamos un concurso para ver quién se expresa mejor por escrito. Me gustó la idea y decidí aplicarme para ganar ese concurso y desde allí se convirtió en un saludable vicio. Un vicio del que no me puedo desprender y estoy contento de no poder hacerlo.
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¿Qué género exploró al inicio?
Soy cuencano y todo escritor cuencano empieza haciendo poesía (risas). Ese fue el primer camino, pero finalmente la poesía quedó un poco rezagada para orientarme por la reflexión y el ensayo. Como un escritor más maduro, más formado.
¿Luego vinieron los ensayos?
En realidad mis primeros escritos reconocidos fueron los ensayos. Mis estudios superiores en literatura los hice en Francia y precisamente mi tesis doctoral fue un ensayo que llamé Humanismo de Albert Camus, que era muy influyente entre los jóvenes en la década de los setenta.
¿Y cómo llegó la novela histórica?
En la década de los ochenta, hice una investigación sobre el Quito colonial del siglo XVII. Tenía tantos detalles de la vida quiteña de la época que no me fue difícil inventar unos personajes y mezclarlos con gente real en una ciudad que ya no existe, pero cuyas huellas y testimonios los vivimos hoy en día.
Así es como nació Mientras llega el día, que es una novela histórica. ¿Qué le pareció la adaptación al cine de esta obra?
Es difícil que un texto literario sea bien adaptado al lenguaje cinematográfico. Yo prefiero que lean mi novela, vean la película y saquen sus propias conclusiones. Pero yo lo que hago en el libro es construir un universo complejo en lo social, en lo urbano; y en el cine es muy complejo reproducir ese mundo.
¿En 2011 habrá nuevas obras literarias de Valdano?
Cabe decir que en los últimos tiempos he publicado entre dos y tres libros por año. Está por salir La selva y los caminos, que ya ganó el premio César Dávila Andrade en la categoría Ensayo Literario.
¿De qué trata este libro?
Son 28 reflexiones sobre la realidad ecuatoriana. La reflexión parte del desorden, del caos, de la revolución permanente, de la inestabilidad institucional que vive el país. Sin embargo, uno siempre se pregunta cómo este país que ha vivido en esta selva no se ha disgregado, no ha desaparecido. Ahí viene la explicación: hay unos caminos, una red de fondo que nos permite permanecer todavía unidos.
Juan Valdano
El escritor nació en Cuenca en 1940. Sus estudios de Filosofía y Letras y Derecho los realizó en la Universidad de esa ciudad.
Posteriormente realizó un doctorado en Filosofía y Letras, especialización en Literaturas europeas y Lingüística en Francia y España.
Ha recibido varios premios literarios durante su trayectoria. Fue el fundador de la Subsecretaría de Cultura, organismo del que fue su titular en 1981-1984 y 2001 a 2003.