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LIMA.- El escritor peruano Mario Vargas Llosa, quien ayudó a impulsar la literatura latinoamericana en la década del sesenta, era el candidato eterno para ganar el Premio Nobel de la Literatura. Finalmente, su sueño se cumplió ayer, cuando el comité que entrega el galardón hizo el anuncio destacando "su cartografía de estructuras de poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, sublevación y derrota".

El escritor nacionalizado español, de 74 años, es un intelectual, periodista, analista político y hasta un investigador de abusos contra los derechos humanos. Y en un intento de incursionar en la política, fue candidato presidencial en 1990 y perdió la oportunidad de dirigir el país sudamericano frente a Alberto Fujimori, ahora preso por abusos a los derechos humanos.

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Sus primeras experiencias con la escritura llegaron a través de su trabajo como periodista y columnista en algunos diarios peruanos, poco después de culminar sus estudios de secundaria en un colegio premilitar de Lima. Luego estudió letras y derecho en la peruana Universidad de San Marcos, una de las casas de estudio más antiguas de Latinoamérica, para posteriormente comenzar a escribir cuentos.

El escritor peruano fue uno de los protagonistas del llamado boom latinoamericano de la literatura junto con grandes figuras como el colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar o los mexicanos Carlos Fuentes y Juan Rulfo. Justamente un episodio con García Márquez, a quien golpeó en público en 1976 dejándole un ojo negro, se convirtió en una de las rivalidades más famosas del mundo literario.

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En sus obras, según ha afirmado el mismo escritor, estampa una fidelidad que mantiene a su vocación de escribir complejas novelas y provocadores ensayos. "Ha sido una sorpresa mayúscula, fíjate ni siquiera estos días tenía yo el recuerdo de que se estaba dando el premio en estas fechas", dijo el autor.

Vargas Llosa fue de joven un idealista de izquierda, pero renegó de la revolución comunista cubana de Fidel Castro, a quien apoyaba, luego de que el gobierno de la isla obligara al poeta Heberto Padilla a hacer una autocrítica. En su vida política actual es considerado como un conservador y fustiga constantemente al presidente venezolano Hugo Chávez, líder latinoamericano que ha influido al reforzamiento de la izquierda en algunos países de la región y a quien calificó hace algunos meses de "caudillo mesiánico".

Una de las cosas que marcaron su vida, de acuerdo con estudiosos del escritor, fue conocer recién a su padre a los 10 años. Su madre y padre se habían separado desde su nacimiento, en 1936, en la ciudad peruana de Arequipa, en el sur del país. Sus primeros años de niño fue educado por su madre y abuelos maternos en Bolivia, luego en Perú. Este episodio del reencuentro con su padre afectaría de forma definitiva la vida del escritor, quien vivió hasta ese momento con una madre muy disciplinada.

Al cumplir 19 años, Vargas Llosa se relaciona sentimentalmente con su tía política divorciada, Julia Urquidi, casi 10 años mayor que él, y con quien se casó en 1955, a pesar de la oposición familiar. Juntos viajan hacia Europa en busca del terreno que consideraba más estimulante para su ya decidida carrera de escritor.

Parte de la experiencia de su niñez se reflejó en uno de sus libros más leídos, La ciudad y los perros, con el que obtuvo uno de sus primeros premios, el de la Biblioteca Breve y de la Crítica, en 1963, en España. Muchos de sus libros han servido de tramas de películas, como Pantaleón y las visitadoras (1973), en la que narra la vida de un oficial que regentaba un prostíbulo para militares. También resalta La tía Julia y el escribidor (1977), una ficción autobiográfica sobre su primer matrimonio.

Tras vivir algunos años en España y Francia y ya separado de Julia Urquidi, el escritor se casa nuevamente en Lima con otra pariente, su prima Patricia Llosa, en 1965, y con ella emprende de nuevo el viaje a Europa.

Vargas Llosa se nacionalizó español en 1993, tres años después de perder una elección presidencial, en una decisión que fue criticada en ese entonces en el país sudamericano.

Según sus críticos, el escritor se había decepcionado de la política, a la que ingresó en 1987 cuando lideró una protesta contra el primer gobierno del ahora presidente Alan García, quien quería en ese momento nacionalizar la banca peruana en medio de la peor crisis económica del país andino. En septiembre, el escritor volvió a criticar a García por aprobar una ley que podría liberar de juicios a militares acusados de abusos a los derechos humanos.

Como señal de su enojo, renunció a la presidencia de una comisión en Perú encargada de construir un museo en memoria de las víctimas de una cruenta guerra interna que sufrió el país entre 1980 y el 2000.

Trayectoria
Preseas. Entre las distinciones que ha recibido Mario Vargas Llosa figuran los premios Rómulo Gallegos (1967), Príncipe de Asturias (1986), Planeta (1993) y Cervantes (1994).

Obras. Su vasta producción literaria incluye, entre otras obras, La ciudad y los perros, La guerra del fin del mundo, El paraíso en la otra esquina y Travesuras de la niña mala.

"Uno puede diferir con sus ideas políticas, pero es un gran escritor. El espacio que ocupan las ideas políticas en el talento de un autor es muy poco, salvo excepciones".
Juan Gelman
poeta argentino

"Es un momento de fiesta para América... Vargas Llosa no solo es un escritor excepcional, sino una de las mejores conciencias de América Latina".
Nélida Piñón
escritora brasileña

"El factor merecimiento necesita, a veces, del factor suerte, y Vargas Llosa no había contado hasta ahora con el factor suerte. Él está a la altura del mejor novelista que podamos imaginar".
Juan José Millás
escritor español