Nadie es profeta en su tierra. Marco Bermúdez Brito nació en Portoviejo en 1961. A sus 23 años viajó como cantante a los Estados Unidos. Y en el 2004, siendo integrante de Spanish Harlem Orchestra (SHO), gana el Grammy en la categoría Mejor álbum de salsa por el disco Across 110th street (Al cruzar la calle 110).

Su historia nos la cuenta él –estuvo en el Ecuador de vacaciones junto con su esposa–. “Desde muy pequeña edad, siempre estuve rodeado de música”, afirma con orgullo. Se refiere a sus padres, hermanos y más que nada a su tío el gran cantante Eduardo Brito.

Marco, a los 9, junto con su hermano Eduardo integró el dúo Hermanos Bermúdez Brito, siendo los primeros en grabar el pasillo Romance de la tejedora manabita –letra de Paco del Casty y música de Filemón Macías, tío de Marco–: “Con horma de esperanzas/y encajes de clavellina/ va tejiendo su sombrero/ la manabita más linda”.

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A principios de los ochenta, los hermanos Mariano y Venancio Larrea lo invitan a integrar el conjunto Marfil, de Guayaquil. Era cuando la agrupación se volcó a la salsa que recién se popularizaba por estos lares.

Pero su vida y escenario cambiaron en 1984, cuando junto con su hermano se integra a la orquesta manabita Los Profetas que se presentaría en Los Ángeles, Miami y Chicago.

Bermúdez con la ilusión de triunfar en el norte se queda y forma El Combo de Nueva York, que era la orquesta de planta de una cadena de clubes nocturnos en Queens.

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En esos tiempos, Marco se preocupa por su formación musical, además de cantante y compositor, es percusionista. Su ingreso a las grandes ligas de la salsa llegó cuando integró por 6 años La Élite, del maestro Isidro Infante.
Ahí logró fama como intérprete del tema Santo, Militar y Montuno y por el disco Tributo Tropical a Los Beatles.

También formó parte de La Charanga de Johnny Almendra y Los Jóvenes del Barrio, y fue uno de los cantantes de la legendaria orquesta Conjunto Clásico. “Aun cuando hay una gira me llaman porque me sé el repertorio y conozco la rutina”.

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A inicios del 2003 dio un gran salto al integrar la SHO, orquesta que a más de ganar el Grammy y  lograr nominaciones por dos de sus álbumes,  es considerada “la mejor orquesta de salsa del mundo”, según el crítico puertorriqueño Jaime Torres Torres, que al referirse a Bermúdez afirma: “Es el único salsero ecuatoriano reconocido que domina el difícil arte del soneo y la clave”.

Sobre la tan renombrada SHO, Bermúdez cuenta que en realidad esta orquesta “es el sonido del barrio de Harlem, donde nació la salsa urbana.
Estamos inspirados por maestros como Tito Puente y Mario Bauza, que nos dejaron ese legado”. Y aunque erróneamente se llama a todo cantante de salsa, sonero, muy pocos lo son.  El soneo es una improvisación del cantante cuando el percusionista hace un solo con los tambores, explica.

El próximo álbum de la SHO contará con tres canciones de Bermúdez: Son de corazón, Regalo de Dios y La fiesta empezó. “Me gusta escribir de todo, temas románticos, jocosos, de naturaleza y de rumba”, comenta Marco que actualmente está seleccionando canciones para su disco como solista que espera que salga este año. Constará una grabación con Las Leyendas del Mambo, la legendaria orquesta de Tito Puente.

Estos son sus planes. Su sueño:  “llegar al Ecuador como solista o con la SHO porque he tenido el reconocimiento en el exterior, pero debe ser bonito que te reconozcan en tu país”. Aunque dicen que nadie es profeta en su tierra, de seguro que Bermúdez, el sonero, lo será.

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