Manuel Toro
ESMERALDAS.- Las olas revientan sobre los restos de lo que un día fue un muro de contención que yace semienterrado en medio de una playa lodosa cubierta de escombros. El agua llega hasta el portal de la casa de la familia Valencia, en el barrio 30 de Octubre de la isla Limones, del cantón Eloy Alfaro.

Junto a la casa de los Valencia, los miembros de las familias Angulo, Tenorio, Ayoví, Mina se asoman a las ventanas de sus endebles casas en una especie de ritual, haciendo las veces de centinelas para dar la voz de alarma a los vecinos en caso de evacuar si es necesario. "Estamos en aguajes y es peligroso, así hemos vivido siempre", dice Joselo Tenorio, mientras mira al mar fijamente.

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La falta de ordenamiento territorial en esta isla de casi 3.000 habitantes ocasionó que en los últimos quince años aparezcan barrios enteros construidos muy cerca de la playa. Las casas en este sector son precarias, hechas a base de materiales que hay en el entorno: mangle, tablas, caña guadúa y en algunos casos hojas de zinc como techo o cade.

Richard Mina, alcalde del cantón, dice que se hace urgente reubicar a estas familias, sacarlas del sitio peligroso y mediante ordenanza impedir nuevos asentamientos urbanos en este lugar. Las 45 familias están en proceso de ser reubicadas. El delegado del Ministerio de la Vivienda, Miduvi, Miguel Salvatierra, dice que esperan que el Municipio les entregue un terreno para empezar a construir las casas y con ello solucionar el problema de estas familias.

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El alcalde Mina pide, además, que se construya un muro de contención para proteger a la isla que está en riesgo de manera permanente. Para ello, dice que se hace urgente que el muro tenga como mínimo tres metros de altura.

Pero el barrio 30 de Octubre, de Limones, es apenas una ínfima parte del problema. Ciudades enteras, como el caso de Esmeraldas, Atacames, Tonsupa, San Lorenzo, Muisne y Rioverde, se levantan al pie del mar, en zonas de alto riesgo de inundación por causas naturales como aguajes o tsunamis.

Para ello, la Secretaría de Gestión de Riesgos de Esmeraldas elaboró un plan de contingencia por inundaciones, que fue entregado a cada uno de los municipios el año pasado, pero este plan no se ha puesto en marcha, al menos eso se demostró con las emergencias vividas en los últimos aguajes.

En Rioverde, capital del cantón del mismo nombre, el aguaje del pasado 2 de enero destruyó completamente el malecón de la comunidad y afectó a decenas de viviendas.

El alcalde de este cantón, Luis López Estupiñán, recalca que la única solución para proteger a los habitantes de esta ciudad de futuras inundaciones es con un muro de contención.

Pero además de Rioverde, poblaciones más pequeñas de este cantón, como Vainilla, Vainillita, Rocafuerte, Montalvo, Lagarto y Palestina, también requieren de muros de contención, los cuales  costarían, según el Municipio, unos 8 millones de dólares.

En Rioverde, hace 40 años atrás, el mar llegaba hasta el mismo lugar donde actualmente funciona el Municipio. "Hay que revisar la historia, escuchar a nuestros antepasados, yo cuando era niño me bañaba en este lugar, no sé cómo se permitió que se construya en lugares como estos, sí se sabe por experiencia que el mar siempre recupera su territorio", explica el Alcalde.

En la provincia de Esmeraldas los sectores más afectados estuvieron hacia el norte, Camarones, Pegue y Tacusa. El alcalde de la capital provincial, Ernesto Estupiñán Quintero, asegura que es indispensable que el Gobierno adopte una política de estado para reubicar a los asentamientos urbanos que están asentados en sitios de alto riesgo.