El Banco Pichincha España ya tiene la autorización del Ministerio de Economía español  para operar directamente en ese país. El permiso, confirmaron fuentes de la institución, se hizo efectivo el 4 de diciembre. La decisión aún no aparece en el Boletín Oficial del Estado.

Desde que se abrió la oficina de representación en Madrid, en octubre del 2007, se habló de la intención de obtener una licencia bancaria que permita a la institución operar como un banco español.

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Su actividad como enlace entre el cliente emigrante y sus matrices a nivel nacional se circunscribía hasta ahora al ámbito informativo. En abril, cuando empiece a funcionar como Banco Pichincha España, gestionará envíos de remesas, apertura de cuentas, emisión de tarjetas de crédito, préstamos, hipotecas y microcréditos. Si bien los clientes ecuatorianos (413.715  empadronados) son su prioridad, también pretende atender las necesidades del millón de inmigrantes latinoamericanos, en especial andinos.

A sus directivos parece no asustarles la crisis ni los elevados índices de morosidad (de los 2,7 de millones de personas con créditos impagos, cerca de 700 mil son inmigrantes). “Seremos cautelosos a la hora de conceder los préstamos, pero hay más inmigrantes trabajando que en el paro”, responden al ser consultados.

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El Banco Pichincha España nace con 21 millones de euros (unos $ 30 millones). Adquirió un edificio en el barrio de Salamanca. Solo el coste de su remodelación, que tardará diez meses, asciende a 1’500.000 euros (unos $ 2,1 millones).

Hasta ahora, la cartera de usuarios generada desde la oficina de representación y las ocho sucursales en España es de quince mil clientes (un año atrás sumaban tres mil).