Escribir sobre Ángel Felicísimo Rojas es hacerlo sobre uno de los grandes de las letras ecuatorianas, pues Rojitas, como cariñosamente lo llamaban sus amigos de confianza, fue una especie de hijo adoptivo del grupo Guayaquil, de esos cinco, como un puño, pues Rojas nació en Loja, un 28 o 31 de diciembre de 1909.