La noche del viernes pasado el teatro Sarao fue testigo de una exposición de lo mejor del rock’n’ roll made in Ecuador. La cerveza gratis que incluía la entrada  no fue suficiente para la espera de más de una hora que soportaron las 150 personas que acudieron al lugar.
 
Pero valió la pena. A las 10 y algo más se prendieron unas luces de neón que formaban dos letras: BB.  Son las  iniciales del grupo Biorn Borg (nombre en honor al tenista sueco Björn Borg), que voló desde Quito e hizo  volar a todos con su música revienta oídos que suenan a  Pixies y Pink floyd.

Abrieron el juego musical con el tema Síndrome de Uppsale y el bajista  y voz Toño Cedeño anuncia: “¡¡¡Ahora rock’n’ roll!!!”.  Sofía Abedrabbo (la vocalista principal) es una sirena llamando marineros, canta agudo y encanta; "Guapa" le gritan desde la oscuridad del lugar. Bastián Napolitano, hijo del viejo  Napo,  impuso el sonido del grupo con una espectacular batería, para que las dos voces, el bajo y las  guitarras dieran una clase de música y buen show.  Un primer set con Todo va a acabar mal, La moda (no incomoda) y  El perro. Luego,  el psicodélico sonido de  ET y de Mancha negra, con  una descarga instrumental al estilo Pink Floyd, sonidos que recuerdan fuegos artificiales. Un puntazo de los Biorn Borg, que terminaron su pedacito de noche con la  sangrienta y a la vez tierna  Mermelada: Tus ojos arpías, te miran y me miran ...Toño mira al techo con los ojos desorbitados y junto a Sofía Abedrabbo, Pablo Maya y Sebastián Game,  los demás integrantes, abandonaron el escenario con Submarino, su última canción.

Minutos después  empezaron a sonar las latas, guitarras y  efectos digitales de Mamá soy demente, grupo guayaquileño formado por  Carlos Bohórquez Nadie, Dennis Darquea Jolgorio Vocal  y Paola Mayer El Niño, quienes  no permitieron al público descanso alguno  y entraron al show con Sadomasoquismo, y luego  la antigua Zapping, con su intermitente sonido. 

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En el negro escenario apenas se distinguían las caras del trío, que  estrena Sacerdote Sánchez, canción inspirada en el Anticristo de Friedrich Nietzsche.

El niño de goma,  dedicada a los gomeros guayaquileños dio paso a  La nada, donde ‘los dementes’ alucinaron con hadas madrinas y   La mar, canción hecha por el grupo cuando estuvieron lejos de Ecuador, donde Jolgorio Vocal tocó el charango.

Quiero ser, otra vez, /la burbuja que no parará de cantarle al sol...la vida es un carrousel,/ que da vueltas ...la gente da vueltas, baila y corea Carrusel, uno de los temas emblemáticos de Mamá soy demente.

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Cuando sonó Contra la Pared se supo que el final estaba cerca. El  trío hizo corear al público:  “I’m a fucking demente, I’m a fucking demente...” (soy un jodido loco) y  mató el concierto con  La pistola. Rock is not dead (el rock no ha muerto) se leía en la camiseta de  Sofía,  de Biorn Borg. Esa noche estuvo más que vivo.